La Palabra

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                                                                        LA PALABRA
No.16, Abril de 2013
 
Publicación periódica  de opinión. Responsables: Prof. Jesús Pacheco Martínez y Profa. Irma Clemencia Lara Martínez.  
Correo: pamaranto_j@yahoo.com.mx

www.lapalabrareflexion.mex.tl
http://www.youtube.com/user/Lapalabrareflexion?feature=watch



 

Reflexiones sobre la situación actual
de las humanidades y la filosofía

 
Gabriel Vargas Lozano y José Alfredo Torres
 

Hemos escrito estas reflexiones con el objetivo de analizar la situación por la que pasan las humanidades pero en especial la filosofía en los ámbitos internacional y nacional.


   Se trata de un hecho inédito: la exclusión de la filosofía de la enseñanza y su limitación en la difusión pública.

   Aquí no estamos refiriéndonos a una “filosofía” legitimadora del status quo que siempre será bien recibida por quienes detentan el poder sino a aquella filosofía que originó Sócrates en el Ágora y que ha venido transformándose creativamente a lo largo del tiempo, es decir, a una filosofía crítica.
 
 

 
EN LOS ÚLTIMOS AÑOS, LAS HUMANIDADES Y LA FILOSOFÍA EN PARTICULAR HAN VENIDO SIENDO EXCLUIDAS DE LA EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR Y SUPERIOR
 
 
Este hecho tiene diversas variantes: en los países anglosajones (principalmente Gran Bretaña y los Estados Unidos) no se ha estudiado filosofía en el nivel medio superior y su cultivo se deja para los Departamentos de filosofía de las Universidades.

   En Gran Bretaña, se han anunciado recortes presupuestales para la educación pública y por ello se ha formado un Consejo de defensa de las humanidades.

   En Estados Unidos, Martha Nussbaum ha denunciado la reducción de apoyos para las humanidades en razón inversa al apoyo de los centros tecnológicos (Martha C. Nussbaum, Notforprofit, why Democracy Needs The Humanities. Princeton University Press. New Jersey, 2010)A pesar de ello, ya en la década de los setenta del siglo pasado, Matthew Lippman (Matthew Lippman (1922-2010) fundó en el Montclair State College el Institute for the Advancement of Philosophy for Children y publicó su primera obra en 1972 llamada Harry Stottlemeier’s Discovery)planteó, influido por John Dewey, su concepción de la “filosofía para niños”. 
En Centroamérica la filosofía fue eliminada de ese nivel desde hace más de diez años; sin embargo, el cultivo de la filosofía gozaba de buena salud en países como Italia y Francia. En el caso de España, la educación, controlada por la Iglesia, tuvo una renovación con la fundación de las Instituciones Libres de enseñanza promovidas por el krausismo; más tarde, con la República hubo un repunte (1933-1939); el estudio de la filosofía laica se redujo durante el franquismo y reapareció como una fuerte demanda de los movimientos estudiantiles antes de la muerte de Franco.En estos días en España (2012-2013) existe un proyecto por parte del gobierno para eliminar de la secundaria la materia de Ética y de la Preparatoria la disciplina de filosofía. La razón aducida es que se hará un recorte presupuestal debido a la crisis económica en que ingresó ese país. La verdad es que la derecha está aprovechando la crisis para eliminar todo lo que huela a progresista, ya que mantiene y refuerza las materias de religión que se reducen a un adoctrinamiento (y no como podría ser un estudio de la historia de las religiones, por ejemplo) “pagado por el Estado”, y cuyos profesores son designados o removidos de acuerdo a las decisiones de la jerarquía eclesiástica. Los profesores de filosofía españoles se han organizado en la Red Española de Filosofía (REF) que involucra a asociaciones e instituciones de investigación y docencia, con la finalidad de impedir el plan de desaparecer la enseñanza de la filosofía.

 
LA EXCLUSIÓN DE LA FILOSOFÍA EN MÉXICO
 
A partir de la República restaurada en 1867, el gobierno tomó a su cargo la educación oficial fundando la Escuela Nacional Preparatoria. Los planes y programas de estudio recibieron una orientación positivista pero, a diferencia de lo establecido por Comte, la lógica ocupó un lugar central. En la “Ley orgánica de la Instrucción pública en el Distrito Federal” promulgada el 2 de diciembre de 1867, se contemplaban para la Escuela Preparatoria, junto a los estudios de Aritmética, Algebra, Geometría, Trigonometría, Física, Química y otras disciplinas, las materias humanísticas de: Historia, Geografía, Ideología, Lógica, Metafísica, Moral y Literatura.3 Dos años después, en diciembre de 1869, se acota la preparación del estudiante para las distintas carreras y, en el caso de los abogados, por ejemplo, se concede una gran importancia a la formación científica, se elimina la Metafísica y se conservan las demás.

   El plan original de estudios de la Escuela Preparatoria, diseñado por la comisión presidida en aquel entonces (1867) por Gabino Barreda, no incluyó la estética ni algo así como introducción a la filosofía -ello se puede constatar en la carta de Barreda a Riva Palacio, gobernador del Estado de México-, pues se asumía en relación a la filosofía, una influencia dogmática del clero; en cambio, se abogaba por una moral laica.

   El campo de la filosofía como ahora lo conocemos se vio parcialmente relegado -excepto por la gran importancia atribuida a la lógica- por razones políticas asociadas a la batalla campal entre los liberales moderados y la Iglesia. Como se sabe, la tesis de Barreda era que sólo se podría ingresar a la nueva etapa de progreso del país (“científica” en términos de Comte, pero en realidad “de industrialización capitalista” en términos actuales) si los estudiantes tenían una sólida formación científica (entendida ésta como el estudio de las ciencias formales y naturales. Las ciencias sociales quedaban fuera de esta perspectiva).

   El reclamo de los jóvenes del “Ateneo de la Juventud” era que no se estudiaban las posiciones Filosóficas clásicas, así como otras que se oponían a un rígido naturalismo. Es por ello que Justo Sierra, al fundar la Universidad en 1910 pronuncia la frase de que la filosofía “templa serena” rondaba fuera de la Universidad.

   Sierra, al fundar la Escuela de Altos Estudios, sin embargo, propició las cátedras de humanidades y de filosofía ya que había entendido la importancia de la filosofía en su formación, en sus lecturas, en su actitud crítica hacia una concepción dogmática del positivismo; en la adopción del evolucionismo; en la decadencia política del porfiriato, en la rebeldía de sus protegidos del Ateneo.

   En fechas posteriores a la Revolución Mexicana de 1910, se fueron incorporando la ética, la estética, la introducción a la filosofía e inclusive la filosofía en México en la formación de millones de jóvenes preparatorianos.

   Los gobiernos posteriores siempre consideraron que era necesaria una educación humanística y filosófica, la cual sería influida por diversas concepciones como el marxismo, el neokantismo, el neopositivismo y otras.

(3 Walter Beller, Bernardo Méndez y Santiago Ramírez, El positivismo mexicano. UAM-Xochimilco, México, 1985, p. 286)


 
DESAPARICIÓN DEL ÁREA DE HUMANIDADES Y LAS DISCIPLINAS FILOSÓFICAS EN LA FORMACIÓN DE LOS ESTUDIANTES DE LA EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR
 
Sin embargo, en 2008, el gobierno presidido por Felipe Calderón Hinojosa a través de la Secretaría de Educación Pública, inició una “Reforma Integral de la Educación Media Superior” (RIEMS) que eliminó el área de Humanidades y las materias filosóficas sin dar ninguna explicación4. Al grupo en el poder le urgía rendir cuentas sobre el grado de incorporación del país al mercado global. En su precipitación, entendió el progreso en términos de cumplir las indicaciones de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) en forma puntual y subordinada. Siguiendo una vieja posición ideológica de dependencia, en lugar de repensar (o reflexionar de acuerdo a las condiciones específicas de nuestro país) las instrucciones dictadas por los países altamente tecnificados, se siguió la vía de la imitación como forma de alcanzar el anhelado desarrollo.

   La burocracia política mata así, dos pájaros de un tiro: conserva sus privilegios y adopta la pose de progresista; lo primero le interesa sobremanera. Así actuaron Santa Anna y sus huestes ante los norteamericanos; así actuaron los conservadores ante los franceses; Obregón en los Tratados de Bucareli; así Salinas de Gortari con el TLCAN y los tecnócratas de los regímenes priístas. Actuaron preservando sus canonjías político-económicas con un disfraz de salvadores de la nación.

   Una de las condiciones de la OCDE, asumida sin chistar, se refiere al cambio estructural de la educación. Esta última deberá subordinarse a la maximización de la ganancia con la menor inversión posible. También -actualmente- hay un motivo político: el interés mezquino de una burguesía nacional consolidada y cobijada al amparo del capital imperial y corporativo; interés que ha defendido al grado de privilegiarlo sin importar el bien de las mayorías. A diferencia de los propietarios de medios de producción, incipientes, en la era de la Segunda República, en la actualidad el estamento burgués está en posibilidad de jalar los hilos de lo más sensible en un país como México: la economía, la cultura, la política y la educación. Está en posibilidad de modelar ciudadanos y trabajadores a modo: expertos en el trabajo técnico requerido, adaptados a una vida consumista y atendidos en sus necesidades políticas por una democracia controlada. La denominada RIEMS, los cambios a la educación superior, vigilados por organismos evaluadores ad hoc, mantienen la brújula en dirección a excluir lo más posible cualquier aparato crítico efectivo que vaya en contra de la estrategia adoptada y adaptada. El aparato crítico más efectivo de todos, la filosofía entendida como pensamiento radical y ético en todas sus ramificaciones, es el blanco inicial. De ahí su desaparición o su desactivación.
 
(4 Solo colocaron una pequeña nota hablando de que la filosofía tenía una función transversal. En nuestras discusiones con las autoridades de la SEP argumentamos que la transversalidad no podía substituir el estudio de las disciplinas filosóficas y que dada la tendencia de autonomía de las disciplinas vigentes hasta ahora, implicaba, de hecho, la eliminación del enfoque filosófico.)
 
 
DIFERENCIA ENTRE UNA REFORMA EDUCATIVA SUSTENTADA EN LAS NECESIDADES DEL PAÍS Y OTRA QUE SIGNIFICA LA TRANSLACIÓN ACRÍTICA DE MEDIDAS DICTADAS POR LOS ORGANISMOS INTERNACIONALES
 
Aquí podemos establecer una diferencia entre la introducción del positivismo y la actualidad. En 1867, ningún organismo internacional dicto al gobierno de Juárez la política educativa a seguir, hoy sí lo han hecho. Barreda dio a conocer en su “Oración cívica” una larga explicación de las razones por las cuales en nuestro país se debía establecer un tipo de educación acorde al desarrollo nacional. El gobierno de Calderón, al implementar la RIEMS, sólo dio una razón: preparar a los ciudadanos para el mercado internacional. Barreda adaptó la filosofía de Comte a la situación nacional cambiando el lema de “Amor, orden y progreso” por el de “Libertad, orden y progreso”, lo que incluía el debate democrático y se adaptaba al liberalismo triunfante; en cambio, la RIEMS se decretó sin una discusión pública y utilizando un “acuerdo secretarial”. En el siglo XIX, el positivismo se opuso a la escolástica y eliminó algunas disciplinas filosóficas, como hemos dicho, pero mantuvo a la lógica como centro de la reforma, en cambio, hoy se excluye a la filosofía porque supuestamente está en contra de lo práctico-utilitario y los intereses del mercado.

   Ante la arbitraria decisión por parte de las autoridades en 2008 y las serias consecuencias observadas, tanto para la educación como para las Facultades de Filosofía y Letras, se integró el Observatorio Filosófico de México5 a principios de 2009 para emprender la defensa de la filosofía, cuyos resultados culminaron en 2012 con la reintegración del Área de Humanidades y las disciplinas filosóficas de ética, lógica, introducción a la filosofía y estética como obligatorias en el Marco curricular común de la educación media superior.

(5 Toda la información sobre el OFM se encuentra en la página de web: www.ofmx.com.mx)
 
LA LUCHA DEL OBSERVATORIO FILOSÓFICO DE MÉXICO
 
El Observatorio Filosófico de México se creó en forma espontánea como unión de las principales asociaciones de profesores e investigadores de filosofía de nuestro país, y desarrolló una lucha unificada que no tiene precedentes en la historia. Nuestras demandas fueron apoyadas también por la comunidad científica y cultural del país, amén de organizaciones internacionales como la Federación Internacional de Sociedades de Filosofía (FISP) y figuras relevantes tales como Mario Bunge, Noam Chomsky, William Macbride, Luca Scarantino, Michel Lowy, etc.

   La reposición del área de humanidades y las disciplinas filosóficas en la estructura de la RIEMS, a finales del régimen de Felipe Calderón, constituye un triunfo resonante de la lucha de todos y cada uno de los integrantes de esta ONG.

   No significa que la lucha haya terminado sino, como lo tratamos de demostrar en este ensayo, queda mucho por hacer en el campo de la educación media superior y en la sociedad entera. Será una lucha larga; pero si más personas se integran a través de diversas acciones, no habrá duda de que podrá revertirse la situación actual.

   Un síntoma muy alentador fue el respaldo que se obtuvo -hasta ahora- de una gran cantidad de simpatizantes que revelaron un genuino interés por el cultivo de la filosofía en todo el país y más allá de nuestras fronteras.
 
LA EXCLUSIÓN DE LA FILOSOFÍA NO SE LIMITA A LA EDUCACIÓN MEDIA SUPERIOR, SINO TAMBIÉN A SU EXPRESIÓN EN EL ESPACIO PÚBLICO
 
Pero la exclusión de la filosofía no se limita a la educación media superior sino también al espacio público. En éste, la filosofía se elimina por su carácter abstracto (ya que se establece en forma dogmática que el público “no está dispuesto a ver y escuchar problemas teóricos después de un intenso trabajo y solo quiere divertirse”. Aquí hay varios engaños: el primero: los medios masivos de comunicación, dada su gran influencia al combinar lo visual con lo auditivo gracias a la nuevas tecnologías, “crean” una audiencia determinada, es decir, una audiencia que repudia la reflexión. Así como se crea ese tipo de audiencia se puede crear otro). El segundo: la filosofía puede ser presentada en forma muy atractiva a través de las nuevas tecnologías de la comunicación masiva; y el tercero: si bien es cierto que, como ocurre en la ciencia, existen temas y problemas elaborados en forma compleja, de cualquier manera es posible explicarlos de manera sencilla a nivel de masas. Un ejemplo de ello sería la “teoría de la relatividad” cuya formulación es bastante compleja pero que puede ser explicada de manera sencilla. La verdad es que los medios masivos de comunicación no quieren ilustrar o enriquecer el pensamiento y la imaginación, lo que desean es fomentar la enajenación.

La filosofía, entonces, está arrinconada y cooptada en los espacios académicos. La llaman “investigación pura”, “enseñanza por competencias” “didáctica para la vida”, etcétera.
 
CAUSAS DE LA EXCLUSIÓN DE LA FILOSOFÍA
 
A nuestro juicio, están vinculadas, en primer lugar, al proceso de mercantilización que invade todos los sectores de la sociedad. Hay una prioridad del productivismo y el consumismo frente a cualquier otro proceso. Este productivismo y consumismo ha existido desde el surgimiento del capitalismo, sin embargo, a finales del siglo XX se produjo una revolución tecnológica que cambió las formas tradicionales drásticamente. A esta revolución tecnológica habrá que sumar el proceso de deslocalización de las grandes corporaciones que, gracias a las nuevas tecnologías, pueden erigir nichos de producción donde exista mano de obra barata (China, India, Corea, los países dependientes). También adviene la crisis fiscal del Estado que implicó, en la década de los ochenta, la puesta en marcha de una política económica que ha venido desmantelando los beneficios sociales para las clases trabajadoras y que se ha denominado como neoliberalismo.

   Como se sabe, en México, el neoliberalismo fue adoptado por el régimen de Miguel de la Madrid (1982-1988) y fue seguido por los regímenes posteriores incluyendo los dos últimos dirigidos por la derecha conservadora.

   México tomó el rumbo equivocado de la integración prácticamente definitiva a la economía norteamericana. Decimos equivocado porque se unió a un país que se debate en la crisis y porque implicó la pérdida de una relativa autonomía.

   Nuestra balanza de pagos depende de las exportaciones a EU en un 78 por ciento. La Doctrina Monroe, planteada en 1823, tiene en México tal vez su máxima expresión después de casi dos siglos de pronunciada, debido a la cercanía geográfica con la nación hegemónica y una penetración cultural apabullante: el cine, la televisión, la industria editorial más redituable, la arquitectura y los valores del supermarket; y, por si faltara poco, la educación, se sostienen en la matriz ideológica de la productividad mercantil.

   ¿Qué lugar se le depara a la filosofía y las humanidades en este horizonte? Las máquinas tradicionales fueron sustituidas por computadoras. Internet, que había sido utilizada desde los años sesenta como un arma secreta del espionaje, se popularizó y permitió la información y comunicación en forma vertiginosa. Luego se agregaron el facebook, twitter y otras formas de comunicación masiva y deliberadamente trivializados. La aparición de la televisión propició un cambio de percepción del espectador: de la letra a la imagen.

   El obrero tradicional se convirtió en un empleado de una transnacional que requiere individuos en posibilidad de comunicarse y eventualmente desplazarse, en varios lugares del planeta. Por los factores apuntados, los ingenieros sociales consideraron que se requería una nueva educación adaptada. Es por ello que redactaron los documentos de la OCDE; el Plan Bolonia; los proyectos Tunning para Europa y América Latina.
 
CRITERIOS DE LA  O C D E  Y EL “PROYECTO TUNNING ”. 6 EL MODELO DE COMPETENCIAS
 
En sus documentos tenemos las orientaciones básicas y generales para la “nueva educación” de la humanidad, a la altura de la “globalización”. Estos documentos implican la novedad de una educación basada en competencias y habilidades o destrezas. La educación capitalista siempre ha ejercido una violencia simbólica (en términos de Bordieu), separando a los aptos de los ineptos, a los dóciles de los rebeldes, a los técnicos especializados de los obreros en la base de la pirámide; a los coadyuvantes de la política dominante, de los críticos. La diferencia respecto a las etapas antecedentes, está en el uso de la nueva tecnología, tanto para educar como para producir mercancías. Es la misma tecnología en ambos casos: hace depender de ella al empleado, al aprendiz; le imprime velocidad al trabajo desarrollado; acorta el tiempo de la comunicación. ¿Con qué finalidad? Un mayor y mejor control; en el salón de clase, por ejemplo, donde el alumno no diseña su trayectoria formativa, sino el tutor, el maestro, el asesor; en la línea de producción, donde el trabajador queda atrapado por una organización cuyos objetivos y funcionamiento están en manos de los gerentes. Si lo anterior es cierto, las humanidades y la filosofía, como resortes de libertad, estarían en la picota. Pues la finalidad, que es dominar, requiere alejar al dominado en ciernes de todo espíritu emancipador, como lo sostenía Freire.

   En estos documentos (OCDE, Tunning, etc.) no se dice, en forma clara, que deban ser excluidas las humanidades y la filosofía, pero al no referirse a ellas y excluirlas del análisis, se les margina de hecho. Lo que no se reconoce es que se considera a la filosofía y a las humanidades, inútiles para la formación del nuevo individuo, adecuado a las necesidades de la “globalización” llamada por Frei Beto “globocolonización”. Lo que ocurre es que, al no mencionar el papel de la formación humanística y filosófica, los ingenieros sociales no quisieron fomentar una polémica que seguramente tendrían perdida.

(6 Se utiliza el concepto tunning para unificar y standarizar la educación.)
 
LA RESPUESTA DE LA FILOSOFÍA
 
Desde la filosofía, la respuesta a los requerimientos de la nueva etapa del capitalismo puede ser de dos tipos: el primero es que la filosofía podría colaborar a formar a un individuo más capaz para manejarse en la etapa actual y por tanto, la filosofía podría contribuir al desarrollo de las personas. La filosofía entonces no tendría que ser excluida sino bienvenida. Naturalmente, solo podría ser una filosofía a la que tendrían que habérsele limado los colmillos críticos o mejor, habérsele extraído todos los dientes.

   El segundo es más auténtico: la filosofía podría cumplir la función de formar a un individuo más capacitado pero que no dejara de tener conciencia de sí mismo y del mundo en que vive. Se trataría de una conciencia crítica que no aceptaría la sumisión.
 
LA FILOSOFÍA DESDENTADA
 
En el primer caso, el de una filosofía “desdentada” o esterilizada, lo tenemos enfrente. Los políticos y empresarios mexicanos (v. gr. la organización Mexicanos Primero, o los diputados y senadores de la actual legislatura que acaban de modificar el Art. 3° constitucional) consideran que la escuela no es el lugar para hacer política; pero deberían decir: no es el lugar para hacer política diferente a la representada por ellos. La escuela, naturalmente, no es apolítica; sostiene, de acuerdo a su dimensión y funciones, la estructura social entre gobernantes y gobernados, entre quienes tienen poder y quienes no lo tienen. Las prácticas educativo-tecnológicas, como las “competencias”, fomentan y continuarán haciéndolo, la capacitación y la supeditación de sujetos a las formas dominantes de la política y la economía. La enseñanza de la filosofía se halla atrapada en esta red, pues no existe ninguna corriente, ninguna iniciativa de acción, ninguna puesta en escena de un guion que la haga distinta o crítica eficaz o liberadora.

   En otras palabras, la filosofía y su enseñanza en México carecen de una praxis y de elementos de juicio que puedan otorgarle al discípulo una “conciencia de sí y del mundo en que vive”. Sería fácil constatarlo si preguntáramos al profesor de filosofía qué entiende por darle al alumno “conciencia de sí y del mundo en que vive”. Las respuestas serían elocuentes y, estamos seguros, tenderían a defender la rutina institucional, simple y llanamente porque no hay otro marco de comparación, descubierto, evolucionado, contrastado, reflexionado, actuado. Por ello, en relación al segundo caso, a saber: la enseñanza de una filosofía “peligrosa” o “liberadora” o “con compromiso social”, o “vinculada a la praxis”, todo está por hacerse.
 
UNA RESPUESTA CREATIVA: LA FILOSOFÍA, UNA ESCUELA DE LA LIBERTAD. PROPUESTA DE LA U N E S C O
 
Frente a esta eliminación de la filosofía, la Unesco dio a conocer en 2007, su propuesta internacional llamada: La filosofía, una escuela de la libertad7. Allí se propone que:

a) La filosofía debe enseñarse a los individuos desde la infancia hasta la madurez.

b) La filosofía debe enseñarse en todas partes: escuela, plaza pública, sectores de la cultura, la ciencia, los periódicos, los sindicatos, medios de comunicación, etcétera.

c) A esto último se llamaría “filosofía práctica”.

d) Su objetivo sería el de promover la reflexión filosófica entendida como diálogo racional para llegar a conclusiones colectivas que coadyuven al desarrollo de la democracia y la justicia en la sociedad actual.
 
(7 El libro fue editado, por primera vez en español por la Universidad Autónoma Metropolitana-Unidad Iztapalapa. Puede ser encontrado en su forma electrónica en la página del Centro de Documentación en Filosofía Latinoamericana e Ibérica de la UAM-I: www.cefilibe.org o en la página de la U NESCO.)
  
ESTE DESIDERATUM DE LA U N E S C O ES EXTRAORDINARIO
 

Dicha organización lanzó al mundo su “cuadrivium”: saber conocer, saber ser, saber cómo, saber convivir. Se ha privilegiado hasta el momento el know how y se ha querido someter a éste, el resto. La escuela mexicana, después del cardenismo, ha sido punta de lanza para sostener el proyecto denominado primero del “desarrollismo”, luego “integración al desarrollo global”, por un lado. Y, por otro, para formar ciudadanos conformes con el statu quo.

   El desarrollismo resultó un fracaso. Era como poner la zanahoria como ideal a ser perseguido por los países dependientes y periféricos, pero sin las bases correspondientes. Los ejemplos son dramáticos: se deja deteriorar a los ferrocarriles para luego venderlos como chatarra a las compañías norteamericanas, y ahora se habla de volverlos a reponer; se deja deteriorar y corromper la compañía de luz para modernizarla” encareciéndola; se hace caso omiso a las propuestas de los especialistas para desarrollar la investigación en la exploración y explotación del petróleo, para darle la concesión a las compañías privadas, para solo poner algunos ejemplos.

   La única manera de romper olas en tal contexto, es una educación ética, impulsora de vida, no sólo de reflexión, con objeto de trastocar el panorama de semiesclavización económica y política. Sesenta por ciento de los jóvenes mexicanos viven en la pobreza y arriban a las instituciones públicas gratuitas con la esperanza de ascenso social.
 
ANTE ESTA SITUACIÓN, ¿QUÉ PUEDE HACER LA COMUNIDAD FILOSÓFICA, ES DECIR, LOS ESTUDIANTES, LOS PROFESORES, LOS INVESTIGADORES, LAS AUTORIDADES Y LOS SIMPATIZANTES DE LA FILOSOFÍA?
 
¿Qué puede hacer la enseñanza de las humanidades y la filosofía? Mucho, si se crean múltiples espacios de deliberación en la sociedad y si se convierte en parte fundamental de la reflexión ciudadana, pero sobre todo en ejemplo de acción (sin éste todo seguirá igual), mediante la conversión de una ética que supedite a la técnica, es decir, mediante la enseñanza vívida de la ética que supedita a la técnica. Como un modo de experimentar la vida social. Sería el “saber convivir” de que habla la UNESCO; pero este término de “saber” parece seguir designando el esquema nomológico-deductivo, el método “infalible” basado en la ciencia natural. Debemos cambiar esa tendencia y enriquecerla con nuevas dimensiones.

En nuestro país (y así lo ha demandado el Observatorio Filosófico de México a través de sus documentos dirigidos a las autoridades) se ha planteado también el requerimiento de establecer criterios profesiográficos para la admisión de docentes (criterios inexistentes hasta hoy, lo que constituye una severa distorsión en la enseñanza de nuestras disciplinas), así como lograr una adecuada formación pedagógica. Este punto implica que en las facultades de filosofía se ponga el acento en este rubro instituyendo inclusive diplomados, maestrías y doctorados.

Pero además, si se desea cumplir la propuesta de la Unesco, se requeriría fundar una serie de centros e instituciones para la difusión y promoción de la filosofía.
 
¿QUÉ TIPO DE ENFOQUE FILOSÓFICO ES NECESARIO?
 
El problema, sin embargo, implica saber qué tipo de enfoque filosófico tiene que promoverse para lograr la legitimación de nuestra disciplina; pero también para saber difundirla.

A vuelapluma también diríamos lo siguiente:

• Necesitamos una filosofía que aborde temas y problemas vinculados estrechamente con las necesidades de la sociedad (lo que no quiere decir convertir a la filosofía en sociología, historia o política e inclusive no abordar problemas ontológicos o epistemológicos).

• Necesitamos incorporar a la filosofía a un movimiento crítico que abogue por la justicia, una verdadera democracia, una nación que reconozca la pluralidad de las culturas.

• Necesitamos una filosofía que abogue por la independencia mental de los individuos (desarrollando todas sus capacidades de acuerdo a las disciplinas de la propia filosofía) pero también por la independencia de la sociedad mexicana.

• Necesitamos una filosofía que no sea una repetición de las grandes filosofías sino una reapropiación de ellas.

Necesitamos una filosofía que ponga el acento en el “filosofar”, es decir, en la práctica filosófica y no sólo en la descripción de sistemas. 8

• Necesitamos una filosofía que coadyuve a la formación de la personalidad y que esté vinculada a los problemas del sector a que vaya dirigida (si es a los jóvenes, la filosofía tiene que darle luces sobre los problemas sobre los cuáles atraviesan y no una doctrina aprendida de memoria).

• Necesitamos que la filosofía logre una expresión en la plaza pública y que oriente a los ciudadanos sobre su acción.

   Se requiere estrechar lazos entre la filosofía y nuestro contexto social. Mucho lastiman la pobreza, la discriminación, la política caciquil o la colonización del más fuerte. Mucho lastima una educación para la exclusión, que, de modo insólito, estamos tolerando los maestros de filosofía, pues se halla fuera de nuestros análisis y más todavía, fuera de toda acción específica, ética y política, la cual pudiera revertir los hechos dentro del aula, dentro del recinto escolar, (8 Véase el último capítulo de la Crítica de la razón pura denominado Arquitectura de la razón de Kant.) dentro de la sociedad. En particular, pensamos que el enfoque asumido en la interpretación de la enseñanza de las humanidades, de la filosofía en especial, no debe dejar de lado la dimensión ética de la educación. (Toda educación, de cualquier forma, es un comportamiento ético puesto que tratamos con e influimos en otros), pero, actuando la reflexión; de otro modo, los jóvenes continuarán aprendiendo para no cambiar nada como sus maestros.

Para lograr esto se requiere una nueva mentalidad que abandone por completo la dependencia, la repetición acrítica, el eurocentrismo o una actitud conformista.
 
México, D.F., marzo de 2013.
 
Gabriel Vargas Lozano. Profesor-investigador del Departamento de Filosofía de la UAM-I y profesor de asignatura de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Ha sido Presidente de la Asociación Filosófica de México e impulsor de la difusión de la filosofía a través de numerosas iniciativas. Su libro más reciente: Filosofía ¿para qué? Los desafíos de la filosofía en el Siglo XXI. Ed. UAM-I/Itaca, México, 2012. Fue fundador y coordinador del Observatorio Filosófico de México.
 
José Alfredo Torres. Profesor de la Facultad de Filosofía y Letras y de la Facultad de Contaduría de la UNAM. Es autor de numerosos ensayos y libros. Es director de la Editorial Torres Asociados especializada en la publicación de libros de filosofía. Fue fundador y coordinador del Observatorio Filosófico de México.
 
 
Publicado por el Observatorio Filosófico de México, Marzo de 2013.


 
 
 
Comentarios y reflexiones:
 
Jesús Pacheco Martínez
 

1.- Es necesario que se haga la distinción entre una filosofía que justifica el estado de cosas de un régimen o de un modo de producción determinado, de una filosofía crítica que desde la antigüedad se ha venido construyendo no de manera lineal ni ortodoxa, sino en diversas corrientes del ensamiento, que han apuntado como escribiera Karl Marx, no tan sólo en el sentido de interpretar el mundo, sino particularmente de transformarlo. Normalmente nos referimos a la filosofía, cuando esta, no deja de ser una abstracción, por lo que lo más concreto sería el referirnos a las filosofías particulares, ya sea representadas en una escuela o corriente filosófica, o por un filósofo determinado.

2.- La enseñanza de la filosofía en lo particular y de las disciplinas humanísticas en lo general, han estado excluídas de los planes y programas de estudio en la mayoría de los países del sistema mundial capitalista, sobre todo en las últimas décadas en que se ha instaurado el neoliberalismo,sin embargo, las consideraciones filosóficas de este modelo, impregnan la atmósfera ideológica escolarizada, los medios masivos de comunicación, que conforman la ideología de una conciencia social alienada y enajenante. Ejemplos de ello lo tenemos en el pragmatismo, el utilitarismo y el neopositivismo entre otras corrientes filosóficas que el sistema aprecia.

3.- La enseñanza de la filosofía, su inclusión o exclusión en los planes y programas de estudio ha obedecido a razones de orden político e ideológico, más que a un razonamiento objetivo, académico y pedagógico; de ahí que en México la filosofía ha sufrido muchas vicicitudes a lo largo de la historia, cuando menos desde el siglo XIX hasta lo poco que llevamos del sigloXXI. Por ello destacan personalidades como Justo Sierra, como lo señalan los autores del texto que comentamos, en tanto que “… propició las cátedras de humanidades y de filosofía ya que había entendido la importancia de la filosofía en su formación, en sus lecturas, en su actitud crítica hacia una concepción dogmática del positivismo; en la adopción del evolucionismo; en la decadencia política del porfiriato, en la rebeldía de sus protegidos del Ateneo”. Incluso en los años posteriores a la Revolución Mexicana, la introducción de las humanidades y de las disciplinas filosóficas han estado presentes con diversas variables en la educación media superior y superior en algunas universidades como la UNAM y de otras excluidas o disminuidas, particularmente cuando se empieza a plantear, la transversalidad, que es una forma de exclusión de los contenidos humanísticos y filosóficos, para darle la mayor amplitud deliberada a la educación técnica y administrativa y la menor cobertura a la educación científica y humanística, pues la primera responde a los requerimientos de los organismos mundiales como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, a la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico) y a una burguesía rapaz, beneficiada por la dependencia económica del país, la corrupción, el subdesarrollo, el lavado de dinero, los fraudes electorales y todas las contrareformas que se le han hecho a la Constitución, como lo es la reforma educativa, que sólo encuentra resistencia en la CNTE (Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación), en MORENA (Movimiento de Renovación Nacional), en un puñado de intelectuales y en algunos medios de comunicación como La Jornada y el Proceso. 

4.- Por ello la disyuntiva está como señalan los autores en generar una educación liberadora, donde la crítica y la reflexión de la conciencia sea parte de la praxis cotidiana de los educadores y de los educandos, en una relación dialógica, que permitan ir construyendo un proyecto de hombre, de individuo, pero también de nación y de patria. Para ello se hace necesaria una filosofía  a la manera como lo plantea la UNESCO y que los autores lo señalan en el inciso d: “d) Su objetivo sería el de promover la reflexión filosófica entendida como diálogo racional para llegar a conclusiones colectivas que coadyuven al desarrollo de la democracia y la justicia en la sociedad actual”. “Pero además, si se desea cumplir la propuesta de la Unesco, se requeriría fundar una serie de centros e instituciones para la difusión y promoción de la filosofía”, van concluyendo los autores.

   O bien, seguirnos por la senda que han trazado los organismos internacionales,  los gobiernos priístas y panistas, cuestión que se profundiza en el Pacto por México, donde la triple alianza de PRI, PAN y PRD, se dan la mano no para liberar al país, sino para alienarlo con una actividad enajenante y enajenada, con los lineamientos que se han establecido para la educación e impuestas en la esfera del trabajo: “La diferencia respecto a las etapas antecedentes, está en el uso de la nueva tecnología, tanto para educar como para producir mercancías. Es la misma tecnología en ambos casos: hace depender de ella al empleado, al aprendiz; le imprime velocidad al trabajo desarrollado; acorta el tiempo de la comunicación. ¿Con qué finalidad? Un mayor y mejor control; en el salón de clase, por ejemplo, donde el alumno no diseña su trayectoria formativa, sino el tutor, el maestro, el asesor; en la línea de producción, donde el trabajador queda atrapado por una organización cuyos objetivos y funcionamiento están en manos de los gerentes”. En otras palabras, la educación enajenada como actividad o la actividad enajenada de la educación.


 
 

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