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LA PALABRA No.66, junio de 2014
Publicación periódica de opinión. Responsables: Prof. Jesús Pacheco Martínez y Profra. Irma Clemencia Lara Martínez.
http://www.youtube.com/user/Lapalabrareflexion?feature=watch#Yosoy17: un decálogo para el otro día del médico Así se titula el artículo de Gustavo Leal, académico de la UAM – Xochimilco, publicado en La Jornada, el sábado 28 de junio de 2014. Por considerarlo de interés, reproducimos los diez puntos que los médicos han puesto a la orden del día en sus movilizaciones.
Bajo la forma de un decálogo y al calor de la gran movilización nacional, la Asociación Nacional de Médicos Democráticos (Colegio Médico) puntualizó algunas aristas del profundo agravio que priva en la profesión. 1) Los trabajadores de la salud y los derechohabientes no somos responsables del deterioro de la salud que vivimos producto de la pauperización de las condiciones de vida y de trabajo; del desmantelamiento de las instituciones de salud y seguridad social. Es brutal la corrupción que existe en el sistema. Ha permeado a un pequeño segmento de médicos y trabajadores. Los médicos no son responsables del robo al erario: compra con sobreprecios de 100 o 1000 por ciento de equipo, insumos y medicamentos. Reconocemos que existen médicos que utilizan los servicios públicos para su práctica privada. Algunos funcionarios toleran o propician el robo hormiga por algunos trabajadores o médicos para justificar el gran saqueo. 2) Los servicios de salud sufren un profundo deterioro que pone en riesgo la salud y la vida de los derechohabientes. Pero no es responsabilidad de los médicos o el personal sanitario. Ni el rezago en consultas, en auxiliares de diagnóstico y tratamiento. La carencia de medicamentos es un problema que vivimos cotidianamente. Los médicos y trabajadores, sin las condiciones necesarias, cotidianamente salvan vidas y en muchas regiones son héroes. 3) Hay que destacar que la práctica médica en las instituciones no pretende el lucro o la búsqueda de un beneficio personal. Cualquier acción médica tiene la intención de resolver los problemas de salud. Los errores en la atención deben atenderse técnica y profesionalmente. 4) Los familiares del paciente tienen derecho al reclamo cuando consideren que no son atendidos adecuadamente. Y cuando mueren, no puede evitarse una reacción subjetiva. Si son abogados presentarán una demanda. Si pertenecen a la delincuencia organizada, balacean médicos. 5) Frente a los profundos problemas de los servicios y la atención, las autoridades del ramo miran a otro lado. Parecen tener más afinidades y compromisos con el complejo comercial e industrial de la salud que con el pueblo de México, en términos de servicio al bien común. 6) La penalización de la práctica médica y de los trabajadores de la salud no distingue la responsabilidad de las instituciones: dilación en la atención médica, falta de recursos humanos, insumos, medicamentos. Hoy las sábanas sucias son responsabilidad médica. 7) Las autoridades sanitarias –en contubernio con las legislaturas estatales y federal- imponen leyes y reglamentos que criminalizan la práctica, buscando tener mayor control sobre el trabajador de la salud. Y los seudocolegios, asociaciones y academias pueden ser cómplices de este avasallamiento. La indefensión de los médicos y de los trabajadores sanitarios ha provocado graves injusticias. También es deplorable que el SNTSS, SNTIssste y SNTSSA colaboren con estas medidas y acepten las comprometidas condiciones en que se desempeña la práctica profesional. 8) No existen mecanismos de atención efectiva a las quejas de los pacientes ante la problemática de los servicios y de la atención médica. La CNDH, Conamed, oficinas de atención al derechohabiente y contralorías internas son instrumentos de simulación que no resuelven las quejas que se multiplican sin pausa. Requerimos contralorías sociales, controladas con la participación de derechohabientes y trabajadores frente a la corrupción e ineptitud de las autoridades de la salud. 9) Nos planteamos recuperar la relación solidaria médico-paciente, pugnando por la recuperación de principios que dieron origen a la seguridad social: régimen público, integral, solidario y redistributivo. 10) Hay que construir un sistema único de seguridad social basado en la revaloración del trabajo, la responsabilidad del Estado y la democratización de los servicios. Manifestamos nuestra solidaridad a los profesionales de la salud que son injustamente procesados, al mismo tiempo que rechazamos la impunidad de empleados y autoridades que desarrollan prácticas indebidas. EL TRIBUNALITO DE FEDERICO ANAYA José Enrique González Ruiz
Al Dr. José Enrique González Ruiz, le fue rescindido su contrato de trabajo en la UACM, días antes de que el Dr. Enrique Dussel dejara la rectoría de esta universidad. Pese al reclamo de reinstalación que múltiples voces individuales y colectivas han manifestado, las actuales autoridades presididas por el nuevo rector Dr. Hugo Aboites, han hecho caso omiso de esta demanda. El linchamiento moral de que ha sido objeto González Ruiz es verdaderamente deleznable. No hay juez más benévolo que el que juzga su propia causa. Por eso Anaya alaba tanto su tribunalito. Los derechos de la Mujer deben salvaguardarse La lucha de la mujer por la igualdad frente a los hombres es de las más importantes que se desarrollan a lo ancho y a lo profundo de la geografía planetaria. A diario vemos cómo se le discrimina y se le otorga un trato indigno de su condición de persona titular de derechos. Es legítimo su reclamo de trato equitativo en todos los espacios de la vida social. Sólo que junto al feminismo congruente ha surgido una tendencia a usar el tema para señalar a los hombres como intrínsecamente perversos, incapaces de entender al otro género y predispuestos a perpetrar agresiones incluso delictuosas en contra de cualquier mujer. Invocando las convenciones internacionales y las normas nacionales que protegen a las mujeres, se tergiversan los hechos y se desnaturaliza una lucha por demás válida. Es muy valioso que se estén creando mecanismos para proteger a la mujer de actos de acoso, hostigamiento o cualquier forma de abuso en contra de su persona, de su integridad y de sus posibilidades de desarrollo. Pero también hay que prevenir el mal uso de esos mecanismos protectores, para que no se fomente el odio hacia el hombre. Todas las mujeres merecen iguales consideraciones, aunque no odien al género masculino. En las universidades mexicanas se están presentando casos auténticos de asedio a las mujeres, aunque también falsas imputaciones originadas en frustraciones mal manejadas y en intereses mezquinos. Es inaceptable por absurda que dice que ninguna mujer miente cuando acusa a un hombre de asuntos sexuales (y su correlato de que todos los hombre mentimos cuando rechazamos imputaciones de orden sexual hechas por mujeres). La protección de los derechos de la mujer debe ser cuidadosa, para no desvirtuar el sentido de la lucha auténticamente feminista, que de ninguna manera se plantea como la Guerra de los Sexos. Mujeres y hombres somos complementarios, y así es como debe entenderse los derechos de unas y otros. Contra estos principios lógicos y jurídicos, Federico Anaya Gallardo creó un tribunalito en la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, arrogándose derechos que ninguna disposición legal le confiere. El Tribunalito del Encargado Emocionado porque ocupa una posición que considera “de poder” en la Universidad, Anaya se lanzó a la aventura de crear un tribunal para resolver casos de acoso sexual, hostigamiento sexual, abuso sexual y acoso laboral. Pronto se dio cuenta de que no existe nada al respecto en la UACM (“no está reglado”, dijo) pero eso no lo arredró y decidió de inicio, legislar. Como se le fue ocurriendo, fue dictando normas que sólo él conocía y que él interpretó y aplicó. Lo dispuesto por el artículo 13 constitucional le pareció un obstáculo fácil de remontar. Su primera “genialidad” consistió hacerse asesorar por la representante legal de las mujeres denunciantes. La intervención de Andrea Medina Rosas se presentó como “garantía de imparcialidad”. De ahí pasó a contratar un “Grupo de Expertas” en temas relacionados con la materia, mismas que propusieron las acusadoras – al menos a una- y que él pagó con generosidad, a cuenta de la UACM, por supuesto. Quiso encontrar un aval moral a sus actos, pero no consiguió que SERAPAZ lo acompañara. Tampoco eso lo hizo desistir en su propósito de pasar a la historia como creador de leyes, de instituciones y de procedimientos. Para que nada escapara a su control, se convirtió en defensor de las “víctimas”, en ministerio público, en juez y en magistrado de apelación (pues aseguró que su juicio fue biinstancial). También afiló la guillotina, auxiliado por su colega Héctor Nezahualcóyotl Luna Ruiz, y dictó y aplicó la sanción: despido sin pruebas, basado en sus percepciones y “constataciones”. Derrochando autoritarismo, Anaya Gallardo hizo a un lado la propuesta de que el obispo Raúl Vera fuese parte del jurado, desechó una veintena de pruebas, ofreció asesoría a las denunciantes incluso para que una de ellas fuese aprobada en su dictaminación. Y ahora quiere que su obra permanezca para siempre, cuando la apruebe el Consejo Universitario. Las autodelaciones de Federico Anaya El encargado de la Oficina del Abogado General (¿no habrá en la UACM juristas capaces de ejercer ese cargo?) rindió informe a una Comisión del Consejo Universitario –que sólo fechó en mayo de 2014-. En él se delató en varios temas: 1.- Él es el representante de “La Universidad”. Habla de ella en primera persona, identificándola con su puesto burocrático. 2.- Él ordenó el 5 de mayo del 2014 la publicación de la resolución completa que rescindió mi contrato de trabajo. Con ello violó las medidas precautorias ordenadas por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal. 3.- Hace explícito su desprecio a mi esposa Adriana Terán Enríquez, llamándola “su mujer”. También califica de “execrable” la insistencia de esta maravillosa dama de que se tome en cuenta su denuncia de mobbing. Más notoria no podía ser la parcialidad del encargado. 4.- Acusa al doctor Hassan Dalband de haber violado la confidencialidad, pero omite decir que fue Clemencia Correa quien lo hizo. Desde entonces comenzó la difamación contra mi persona. 5.- Pretende decir que las sanciones que se me impusieron (90 días de suspensión de mis derechos como académico) no fueron sino “una Comisión para Defensa por sesenta días”. Se trata de una sangrienta burla, como ahora que dice que no importa que me haya despedido, porque todavía puedo defenderme ante los tribunales del Estado. 6.- Desechó la participación del obispo Raúl Vera y Consuelo Mejía, argumentando “que el comité propuesto no era un panel de negociación…” Pero no explica por qué aceptó la propuesta que las imputadoras de que Alejandra Moreno fuera parte de sus “expertas” (¿qué negoció con ellas?). Tampoco explicó por qué convirtió el dictamen de ese comité en una prueba pericial. Ni clarifica el fundamento legal de su decisión de pagar los honorarios de esas “expertas” (por cierto, con generosidad, pues sólo hicieron cuatro entrevistas). 7.- Acepta que fue él quien decidió escuchar la opinión de Carlos Fazio, cuando sus “expertas” dijeron que yo lo propuse desde el principio. No le importa que mientan de forma descarada; de todas formas les otorga plena credibilidad. Y tampoco recuerda que la abogada Medina interrogó a Fazio por 12 horas e hizo una pregunta policíaca refiriéndose a grupos armados de Guerrero con los que yo tendría vinculación. 8.- Asegura el encargado que mientras lo declarado por las falsas denunciantes mantuvo coherencia y consistencia, lo que dijimos Fazio y yo no fue creíble. Olvida que no es al acusado a quien corresponde probar su inocencia, sino a su acusador la culpabilidad. Y la más importante confesión del C. Anaya es que nunca hubo pruebas (porque nunca existieron los hechos imputados). 9.- Traicionó el subconsciente al encargado, al sostener falsamente que yo llamé “perezosas, desorganizadas y mentirosas” a las señoras Correa y Rodríguez. 10.- Se quiere cobijar el encargado en Tlachinollan. Pero confiesa que no sabe de qué me acusan en concreto las falaces acusadoras. Dice que fue “más de dos veces”; sin precisión de tiempo, lugar y modo. Viene una larga lucha jurídica Llegó el momento de presentar las demandas y quejas: laboral, civil, en derechos humanos, contra la discriminación y tal vez penal. Con paciencia, recordando que algunos casos han tardado hasta 40 años en resolverse en el ámbito internacional. Hay quienes se han declarado en contra nuestra. Veinticuatro profesores de la UACM se sumaron al gang asediador que encabezan Clemencia Correa y Carmen Rodríguez, pero fuertemente apoyadas por Enrique Dussel y Federico Anaya Gallardo. Trataremos de probar el mobbing que intenta destruir mi familia, mi carrera académica, mi crédito como hombre honrado y respetuoso con todas las mujeres del planeta. Grupos defensores de Derechos Humanos (como el Centro “Pro”) se lanzaron a criminalizarme sin escuchar mi versión de los hechos; mal precedente. Otros juegan a la neutralidad, confiando en que los tribunales de Estado reparen el enorme daño que causó el encargado general Federico Anaya, por órdenes de Enrique Dussel. Por mi parte, no me suicidaré, no dejaré que me etiqueten como acosador sexual, no abandonaré mi vocación de lucha por los desposeídos, no permitiré que dañen a mi familia, y no renunciaré a mi vida como profesor de hombres y mujeres a quienes seguiré dedicando lo mejor de mi esfuerzo hasta el último aliento. 23/junio/14.
Fuera máscaras Joel Ortega Juárez
Por enésima ocasión estamos viviendo y sufriendo los coletazos, escupitajos de fuego y demás cosas que se propina esa especie de dinosaurios electrónicos: Telmex y Televisa. Su disputa monopólica contamina toda la vida política, institucional y mediática.
Cíclicamente hemos visto que el trapecismo no solo se da de uno a otro partido, sino también de la crítica a Televisa con índice flamígero, a formar parte de su elenco estelar de comentaristas y analistas o bien al revés: de ser su conductor estelar para después migrar con la competencia. Ponga el nombre de su preferencia o su malquerencia. Lo mismo ha ocurrido frente a Telmex. Radicales denunciantes de la privatización de Salinas en beneficio de Carlos Slim, hoy trabajan abiertamente para él o para alguno de sus socios actuales o potenciales. Súbitamente han olvidado ese negro episodio neoliberal. En materia legislativa se ha realizado todo tipo de machincuepas. De la Ley Televisa a las progresistas reformas constitucionales forjadas al tenor del Pacto por México, de éstas a las inminentes estipulaciones de la ley secundaria (la letra chiquita). Todo y de todo se ha valido. Espionaje y filtraciones de conversaciones telefónicas han sido usados en una u otra dirección y obviamente se han dado los típicos machetazos a caballo de espadas. Apóstoles y apostolados de la libertad y de la lucha antimonopólica no tienen rubor alguno en ocultar o endulzar las prácticas del monopolio de su preferencia, al día de hoy, por supuesto. Mañana Dios dirá. En materia de telefonía, televisión y demás, padecemos el monopolio de unos u otros. Más allá o más acá de tecnicismos como los términos preponderante en uno u otro sector o servicio, sería muy simple establecer la prohibición de cualquier tipo de monopolio en telefonía o televisión abierta o restringida. Los legisladores, para variar, se comportan en este tema como en el electoral, el laboral, el de seguridad, el de procuración de justicia y el resto: hacen todo lo posible para enredar todo y con ello poner en letra chiquita todo aquello que anule lo establecido a nivel constitucional. Esta práctica leguleya ha favorecido la existencia de una casta de abogansteres que con múltiples chicanas y marrullerías, por las cuales obtienen recursos millonarios, favorecen siempre los intereses de los grandes grupos empresariales o financieros. Nada del otro mundo en esta globalidad dominante aquí y en China (hoy tristemente existente). Quizá tampoco necesariamente ilegal (no es delito el enriquecimiento en el capitalismo), pero sí cada vez más obscena en una realidad social cada vez más desigual. No queda claro o, al contrario, es cada vez más evidente cómo es imposible que un pluralismo sometido a los intereses de uno u otro grupo monopólico pueda ser un medio para atemperar el poder inmenso de estos dinosaurios electrónicos: Televisa y Telmex. Con o sin Copa Mundial, en el Congreso de la Unión, tanto los senadores como los diputados, fabricarán una ley de telecomunicaciones a la medida de los intereses de los monopolios. Fuera máscaras, basta de darnos atole con el dedo. Los apostolados duran lo que tarden en ponerlos a la venta. Milenio, 28 de junio de 2014. joeloj7168@yahoo.com.mx Se manifiestan contra la privatización del agua El Correo Ilustrado, jueves 26 de junio de 2014
No conformes con pretender privatizar el petróleo, ahora buscan privatizar el agua. En distintas entidades de la República, incluido el DF, se impulsan iniciativas tendientes a privatizar el vital líquido.
Desde Morena rechazamos que el acceso, la distribución, la infraestructura y todos los servicios relacionados con el agua pasen a manos privadas, nacionales o extranjeras, toda vez que el acceso a este recurso es un derecho humano. Por el contrario, Morena se manifiesta por un acceso equitativo y sustentable al agua por toda la población, por el respecto a los derechos de los pueblos originarios, así como por el impulso al aprovechamiento del agua de lluvia y por el cuidado de este recurso. El agua es un derecho, no un negocio. Martí Batres Guadarrama, presidente del CEN de Morena Pútrida Apesta el brillo de la luz nocturna Moscas selenitas la devoran Cantos de amor nostalgia belleza femenina Yacen en la tumba de las ninfas Nadie quiere mirar Los mares en calma arrojan peces pestilentes En el éter hediondo la fruta pútrida vuelve inútil el cuerpo de la Tierra Es un grito la vida -¡Ahora sí es un grito!- entre sombras mudas Jala el sol con el día igual que la gente se come los cadáveres ¿Quién goza con los chistes? Los ojos apagan sus ideas hasta olvidan con dureza de piedra la sensación sublime de lo humano El pensamiento es moribundo El instinto nos cura de espanto Son las horas zumbido de aleteos que vienen por nosotros Fuera de foco
-poemario- Autor Javier Acosta Romero Cuando arde la piel Nadar en dunas de carne enardecida, amor
redime mis años sediciosos. Huye aprisa la vida en cada beso, nada es eterno, amor. Tu delgado, frágil y hermoso cuello, se quiebra en mis manos opresoras, amor. Te deseo tanto y tanto te quiero, amor, y lo advierte la luna recelosa. Incultas y zafias son mis manos que recorren palpo a palpo tu sediento cuerpo, amor. Llegaste a mi apagada vida y encendiste un cirio en mi corazón, amor. Guiaste mis pasos perdidos al oasis de tu rostro, amor, y recorrí todo tu universo, prendido a ti como la luna al sol, como la noche a la oscuridad, como el alma al cuerpo, como mi amor a tu amor, amor. No dejes de quererme...con todo tu ser, con toda tu juventud de estrella naciente, amor. Saldemos cada día nuestras cuentas con la vida no vivida, amor. Amémonos hasta que el tálamo arda en caricias y las llamas nos eleven al universo, amor... Salomón Atiyhe Estrada
Sincensura, Torreón, Coahuila Dirección de la Enciclopedia Electrónica de Filosofía http://dcsh.izt.uam.mx/cen_doc/cefilibe/index.php/enciclopedia Valores, Filosofía y Marxismo Prof. Jesús Pacheco Martínez
Conceptualización del valor
El hombre, en su condición de ser histórico-social, le ha dado una significación relevante a los objetos y seres de la naturaleza, a los objetos y obras producto de su trabajo, manual, intelectual, artístico y político, así como al conjunto de actividades que realiza, sean estas de carácter material-económico o de carácter espiritual y cultural.
Nada de la existencia le es ajena al hombre, incluyéndose él mismo, en su actividad constante y permanente de valorar, misma que ha quedado demostrada a lo largo de la historia. Sin embargo, dicha valoración ha obedecido a condiciones y circunstancias que responden al modo o modos de producir la vida, al menor o mayor grado de desarrollo de las fuerzas productivas, en una formación económico-social determinada. Las formas de valoración responden a aquella tesis de Marx, de que no es la conciencia del hombre quien determina su existencia, sino que es la existencia social, la que determina las formas de su conciencia, es decir, sus formas de pensar, de sentir, de percibir la vida y de actuar. En las diversas formaciones sociales que históricamente han existido, hemos visto modos de valoración que van desde lo mítico-religioso, práctico-utilitario y del sentido común, hasta la valoración propiamente filosófica, donde se irá determinando y diferenciando el contenido de los valores que responden a lo económico, a lo moral, a lo estético y aquellos que están relacionados con la sociedad y la naturaleza. Llamamos valor a toda cualidad física, material, intelectual, artística y moral, que se aprecia de un objeto natural o humano, ya sea que se tenga en alta estimación, despierte nuestro interés y admiración, o bien, sea un rasgo que trascienda lo meramente subjetivo y adquiera socialmente una significación objetiva y universal. En la historia de la filosofía encontramos las dos corrientes de pensamiento que generan una polémica hasta nuestros días: algo es bueno o malo, bello o feo, útil o inútil, justo o injusto, de acuerdo a una perspectiva individual y subjetiva, como lo sostuvieron los sofistas, o bien, pueden determinarse desde una perspectiva universal y objetiva como lo sostuvo Sócrates, sin llegar al extremo de descontextualizar los valores y convertirlos en una abstracción metafísica. De igual forma, encontramos al menos cuatro interpretaciones axiológicas con respecto a la valoración en la relación necesaria de sujeto-objeto: El valor de un objeto radica en el sujeto que valora, el objeto de por sí carece de valor. Subjetivismo axiológico. El valor de un objeto radica en el objeto, el sujeto sólo conoce y da razón de las cualidades y rasgos valiosos del objeto. Objetivismo axiológico. El valor de un objeto, no radica ni en el objeto ni en el sujeto. El valor existe por si mismo en un mundo ideal, conceptual, esencial, independiente del mundo humano, físico-sensible. Idealismo objetivo de Platón. Siendo el valor inmutable, perenne e intemporal, se proyecta sobre el mundo de los objetos físico-sensibles y los seres vivos, de forma transitoria, temporal e imperfecta. El valor es producto de la relación sujeto-objeto; esta relación es de carácter social e histórica. En ese sentido, hay valores que surgen en un determinado contexto social y dejan de tener vigencia o interés en otro tiempo histórico. En cambio, hay valores que por su significación, trascienden la época en que fueron creados y se convierten en valores universales, los cuales son los que el hombre trata de preservar, reproducir y hacerlos vigentes en el aquí y en el ahora. “Los valores requieren –nos dice Adolfo Sánchez Vázquez- por consiguiente –como condición necesaria-, la existencia de ciertas propiedades reales –naturales o físicas- que constituyen el soporte necesario de las propiedades que consideramos valiosas” (Ética, Grijalbo, p. 118). Valores en el mundo globalizado
Jorge Luis Guevara Reynaga, ex Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, es autor de un texto interesante titulado Liderazgo y valores universitarios, publicado por esta universidad, en el año 2000. Por considerar de importancia las ideas principales que Guevara Reynaga sustenta, las incluyo en forma sintética en este trabajo: Necesitamos concebir al mundo en su totalidad, sin perder la comprensión de sus particularidades. Comprender que vivimos en un mundo globalizado, que necesitamos insertarnos en él, sin negar las raíces propias de cada país, el modo de ser de cada nación, su diversidad, es decir, su identidad. Comprender que la humanidad necesita progresar hacia los ideales de paz, libertad, democracia y justicia social. Saber que todo valor es producto de la cultura, por lo tanto tiene un carácter histórico-social, pero a la vez, el valor no es estático, sino dinámico y dialéctico, en tanto que su conocimiento, su reflexión teórica y reproducción, se hace desde el ámbito de la educación, de la escuela, de la universidad, de la filosofía misma y de la práctica social del hombre, aspectos que permiten comprender su esencia y su trascendencia. La razón de ser de toda universidad es educar y el centro de esa educación son los valores:
Todo proceso educativo está inmerso en una filosofía educativa; por lo que las escuelas y particularmente la universidad, deben enseñar más allá del conocimiento: la responsabilidad que implica el deber ser, pero sólo a través de las dos condiciones que la generan: la libertad y la conciencia moral. La educación es un valor social y cultural. Sus dimensiones son: Propiciar la construcción de un mundo mejor. Propiciar un desarrollo sustentable. Cultivar el entendimiento entre los pueblos. Fortalecer la democracia. La educación y la formación en valores deben propiciar incidir entre las tensiones o contradicciones del mundo contemporáneo, dando alternativas teóricas y prácticas: 1. Ser ciudadanos del mundo, sin perder las raíces propias. 2. Aprender a vivir en la globalización desde la riqueza cultural propia. 3. Adaptarnos a la modernidad sin perder la identidad o negarnos a nosotros mismos. 4. Comprender los problemas que tienen solución inmediata y a aquellos que son de largo plazo. 5. Generar en el individuo la conciencia de la equidad, de la cooperación y de la solidaridad. La universidad debe de tener un liderazgo dentro de la sociedad por su misma esencia o funciones sustantivas como son: la docencia, la investigación y la difusión de la cultura nacional y universal. (Primera parte) |
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