La Palabra

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LA PALABRA
                                                                                                                            
No.57, abril de 2014
 
Publicación periódica  de opinión. Responsables: Prof. Jesús Pacheco Martínez y Profra. Irma Clemencia Lara Martínez.

www.lapalabrareflexion.mex.tl

http://www.youtube.com/user/Lapalabrareflexion?feature=watch

 

 
Sobre la designación de director del Plantel Sur
 
En el evento realizado el pasado 4 de abril de 2014 en el Plantel Sur del CCH con motivo de la designación del nuevo director por el rector, es de resaltarse una pregunta formulada por una profesora que, lamentablemente, no tuvo respuesta. La pregunta fue ¿cuál es el interés de las autoridades de mantener una comunidad dividida al designar al actual director?

Lamentablemente la pregunta quedo en el aire y no recibió respuesta ya que la claque convocada al evento para aplaudir al director designado interrumpió al director general en su intento de respuesta y este alegremente, y con una sonrisa ante tan oportuna intervención de la claque, dio por concluido el evento.

¿Contestará el director general a través de los múltiples medios que tiene para hacerlo, como es la gaceta del Colegio? Esperaremos. Por cierto la equidad de género en la UNAM es una excelente propaganda, pero nada más. En el CCH hay 5 directores y una directora ¿equitativo?

 
Ramiro González Ayón


 
9. 8. 2011
 
Aún tengo suerte
paseo en arboledas
Es así la vida desde abajo
caen las sombras de la noche
el aire fresco
Ganas de pasear desnudo
oler a la distancia los rizos de la tarde contra el tiempo
Alzar los brazos
(se encogen mis pelotas)
Escuchar la risa de los jóvenes
el murmullo adulto
mi andar lento
que conserva el instante:
un verano
dando su primer paso
y ya toca a mi cuerpo
 
Fuera de foco
-poemario-
Autor
Javier Acosta Romero
2011-2014 / México





 
 
Cunde la revuelta de estudiantes de economía
 
Alejandro Nadal
 
En el año 2000 un grupo de estudiantes de economía en la Universidad de París inició una protesta por el contenido del programa docente que estaba vigente en la carrera. El alumnado se quejó de la imposición de un enfoque unidimensional basado en un sólo conjunto de teorías y la exclusión de cualquier visión alternativa.

El movimiento recibió más atención después de la crisis en 2008. Sin embargo, a pesar del descrédito en el que cayó la teoría dominante, los planes de estudio en las escuelas de economía siguen siendo esencialmente los mismos que existían antes de 2007.

Esos planes están organizados alrededor de un paradigma de investigación en el que, como señala Joseph Stiglitz, premio Nobel de economía, domina la ideología sobre la ciencia.

Por eso no es exagerado afirmar que los estudiantes son lobotomizados para que asimilen una forma de ver el mundo en lugar de proporcionales herramientas para acercarse al conocimiento y la práctica científica. Los alumnos rebeldes tienen razón: esa forma de pensar empobrece al despreciar cualquier visión alternativa y rechazar todo cuestionamiento.

El paradigma que domina la docencia descansa en la creencia de que los mercados funcionan bien y permiten encontrar ‘precios de equilibrio’ entre la oferta y la demanda de todo tipo de bienes y, de este modo, hacen compatibles las decisiones de productores y compradores.

Y como las decisiones de los agentes individuales se hacen bajo una racionalidad de maximización de satisfacción (para consumidores) y de ganancias (por parte de los productores), el resultado al que se llega no es sólo de armonía social, sino de óptima ‘asignación de recursos’.

La teoría que más lejos ha llegado en el desarrollo de esta línea de pensamiento es la teoría de equilibrio general (TEG). Es una teoría que tiene muchos antecedentes, pero que se desarrolla sobre todo con las aportaciones de Hicks, Samuelson, Arrow, Debreu, Hahn y otros entre los años 1936 y 1975. Hoy es la teoría más completa sobre precios flexibles y el equilibrio en mercados conectados por sistemas de precios.

Pero ahora viene lo importante: decir que la TEG es la teoría que más lejos ha llegado en el desarrollo de esta idea no significa que ha alcanzado resultados satisfactorios y que ha logrado sus objetivos. En realidad, el trabajo de la TEG se saldó por un estrepitoso fracaso en su objetivo principal. Imagínense los lectores el escándalo en el mundo de la ciencia.

La teoría que más se desarrolló, en la que se invirtieron más recursos (financieros y humanos), la que logró el mayor grado de sofisticación, en especial por el empleo de herramientas matemáticas que le dan un ropaje de cientificidad, esa teoría no pudo demostrar lo que se proponía demostrar (que las fuerzas de la competencia en el mercado conducen a la formación de precios de equilibrio). El año de 1974 marca la fecha en que se demostró (con los teoremas de Sonnenschein-Mantel-Debreu) que la TEG nunca podría llegar a esa demostración.

El fracaso es rotundo. Pero es cierto lo que dice Stiglitz: en economía lo que domina es la ideología. Por eso no sorprende que los alumnos de economía sigan pasando la mayor parte del tiempo estudiando los componentes de la TEG y, en especial, la forma en que los agentes individuales en el modelo realizan sus cálculos de optimización.

Eso sí, cuando se llega al contenido central de la TEG, cuando hay que enseñar cómo se forman los precios de equilibrio, ahí la cosa cambia y se pasa rapidito y de puntitas sobre los temas escabrosos del modelo. ¿Por qué? Porque ahí está inconfundible el fracaso de la TEG y eso no hay que sacarlo a la luz del día.

Hoy la revuelta de los estudiantes de economía se propaga. Los alumnos en la Universidad de Manchester, Inglaterra, han constituido una sociedad de economía
post-derrumbe y a través de ella presionan para transformar el programa docente y enriquecerlo con visiones e interpretaciones alternativas. Han recibido miles de adhesiones y el ejemplo ha cundido: los estudiantes de Sheffield y Cambridge buscan activamente influir en el diseño del programa docente para introducir cambios.

Hasta los estudiantes en algunas universidades en Estados Unidos han demostrado su descontento (véase la protesta contra el curso de Mankiw en la Universidad Harvard), aunque siguen siendo una minoría y su impacto es imperceptible. Ojalá algún día aquí en México y en América Latina los estudiantes de economía arranquen sus propios movimientos de protesta y de diálogo para reconstruir los programas docentes en universidades y centros de enseñanza.

Pero los estudiantes en rebeldía deben ser cuidadosos: no sólo se trata de abrir el espacio docente a visiones alternativas. Eso es, desde luego indispensable. Pero también habría que exigir se cubra de manera detallada el fracaso de la teoría económica dominante. Ese es el preludio a la crítica de la teoría económica.

La Jornada, miércoles 9 de abril de 2014
Twitter:
@anadaloficial
 
 

 
ENCICLOPEDIA ELECTRÓNICA DE LA FILOSOFÍA MEXICANA
 
Informamos que en el marco del XVII Congreso Internacional de Filosofía “Filosofar en México en el siglo XXI. Adversidad y novedad de la época” celebrado en Morelia, Michoacán, se presentó la Enciclopedia de la filosofía mexicana. Esta iniciativa es impulsada por el Centro de documentación en filosofía latinoamericana e ibérica (CEFILIBE) de la UAM-I: www.cefilibe.org

En la página del OFM (www.ofmx.com.mx) podrán consultarla;

o también en esta dirección:
 
http://dcsh.izt.uam.mx/cen_doc/cefilibe/index.php/enciclopedia

Sin duda, esto es un gran logro para la comunidad filosófica y esperamos que siga creciendo. Se les invita a revisarla y hacernos llegar sus comentarios para que se pueda enriquecer.

Cabe señalar que el interesado podrá encontrar el análisis de las corrientes filosóficas que han influido en nuestro país como el positivismo, el neo-kantismo, el tomismo, la fenomenología, el marxismo, la filosofía latinoamericanista, la filosofía de la liberación, el feminismo, el posmodernismo y otras. Asimismo, las concepciones de los principales filósofos mexicanos desde Antonio Caso y José Vasconcelos hasta Leopoldo Zea, Abelardo Villegas y Luis Villoro, pasando por Samuel Ramos, Francisco Larroyo, Eduardo García Máynez, Emilio Uranga, Eli de Gortari, Graciela Hierro y muchos más; las organizaciones culturales como el “Ateneo de la Juventud”; el “Círculo de amigos de la filosofía crítica”, el grupo “Hiperión” y valorar la aportación de los exilios filosóficos que ha habido en México como el español, el centroamericano, el argentino, el chileno y otros, cuyos pensadores han influido positivamente en el desarrollo de nuestra filosofía. Dentro de esos exilios tuvo una gran trascendencia el exilio español de 1939 ya que trajo a nuestras tierras filósofos de la talla de José Gaos, Eduardo Nicol, Adolfo Sánchez Vázquez, Joaquín y Ramón Xirau, Wenceslao Roces, Eugenio Ímaz, María Zambrano, Recasens Síchez, Juan David García Bacca y José Manuel Gallegos Rocafull, entre otros. De igual manera, en esta Enciclopedia se presenta una cronología para ubicar no sólo la manera en que la filosofía ha germinado en cada periodo, sino también la relación que ha mantenido con respecto algunos hechos históricos y culturales fundamentales que han marcado el devenir histórico mexicano.

La colaboración está abierta para todos los interesados y en especial para los especialistas en filósofas y filósofos mexicanos. Por favor comuníquense a: cefi@xanum.uam.mx

Gabriel Vargas Lozano
Director de la Enciclopedia electrónica de la filosofía mexicana.



 
 
 
Construir un nuevo camino
Joel Ortega Juárez
 
Entre la melancolía y la depresión he visto que transcurren muchas de las conversaciones de un sector de las izquierdas. No deja de sorprenderme esta actitud, producto de la educación desvirtuada de exaltar la cultura del victimismo y descuidar todos los pequeños o grandes logros del movimiento. A fin de cuentas con esta actitud, sin quererse, se facilita el dominio de la cultura dominante. ¿Cómo se puede aspirar a cambiar no solamente al régimen sino el sistema político económico y social del capitalismo si se tiene ante el mismo una conducta de lamento, de queja y no de propuesta de programa? Por lo pronto resulta imposible dar respuesta a cada una de las diversas situaciones cómicas y trágicas que estamos todos los días viviendo como producto de la decadencia política. De tal manera que por más estridencia en la denuncia, finalmente nos sometemos a la dinámica que determinan los medios, los distintos poderes fácticos, que todo lo sitúan en el marco de una sistemática frivolidad en la que se exaltan los escándalos de corrupción, las detenciones, ejecuciones y fugas de jefes de los diferentes bandos del narcotráfico. Todo nos induce a pensar que hay una estrecha vinculación entre esas bandas y diversas instancias de los poderes federales, estatales, judiciales, políticos y el conjunto de las instancias de poder que cada día pierden legitimidad y en esa misma medida son cada vez menos sujetos a la rendición de cuentas.¿Qué tanto contribuye a efectivamente poner un grano de arena en la ruta de la transformación esta postura de lamento de ausencia de opción?

No sirve de mucho reaccionar ante procesos de decadencia como el de Michoacán ni el considerar que éste es un asunto que no se reduce a ese estado; ahora bien, si cada vez la respuesta tiene un tono aparentemente moral, ético, no será posible construir un proceso capaz de ir paulatinamente y desde la base erradicando todos estos fenómenos de perversión que están presentes en el gobierno federal. Sin duda que existen vínculos y complicidades a nivel del conjunto del Estado. Es absolutamente imposible considerar que todas estas impunidades de las bandas del narcotráfico ocurran sin la tolerancia de los diversos niveles de los poderes, tanto estatal como federal, Judicial, Ejecutivo y Legislativo. Dicho de otra manera más simple: si no se va formando una cultura que comprenda que solo la fuerza organizada de la sociedad, de sus partes más significativas, aquellas que están ubicadas en los sectores productivos; sin esa paciente, compleja lenta labor, esa difícil vía de sistemática construcción de esa fuerza alternativa será imposible realmente frenar esta decadencia y sobre todo construir una salida que atienda los intereses sociales. Hoy, mañana y pasado no será suficiente estar a la expectativa de aquellas acciones en las que el Estado pretende legitimarse y ante las cuales hay que tener una sistemática desconfianza.

Es muy positivo sostener esa desconfianza, pero si solo no reducimos a eso, en el fondo estamos actuando de una manera pasiva, en la que la falta de propuesta facilita todo el manejo y la manipulación del Estado. Es el momento de iniciar un camino diferente.
 
Milenio, sábado 12 de abril de 2014

joeloj7168@yahoo.com.mx
 
 
 
 
Aceptados y excluidos en el primer
examen de licenciatura en la UNAM

 
Jesús Pacheco Martínez
 
De acuerdo con la información dada en los medios de comunicación por parte de las autoridades de la UNAM, hubo 136 mil 695 aspirantes registrados para el examen, de los cuales 126 mil 683 jóvenes lo presentaron, y de éstos fueron seleccionados 11 mil 348, cifra que equivale a 8.95 por ciento, por lo que 91 por ciento de quienes hicieron la prueba no pudo obtener un lugar en la institución. Este hecho social de una alta demanda para ingresar a la licenciatura en la universidad nacional, se viene dando año tras año, sin que la institución pueda resolver por sí sola, esta necesidad educativa con los actuales recursos con que cuenta.

Estas cifras corresponden al primer examen de selección. El segundo examen se hará en el mes de junio y se calcula que ingresarán alrededor de 7 mil aspirantes más, por lo que la UNAM recibirá este año a 18 mil estudiantes, que se sumarán a los 30 mil estudiantes que provienen de los dos subsistemas de bachillerato de la institución: La Escuela Nacional Preparatoria y la Escuela Nacional Colegio de Ciencias y Humanidades, es decir, en total más de 45 mil jóvenes para la licenciatura.

Por su parte el MAES (Movimiento de Aspirantes Excluidos de la Educación Superior, se manifestaron frente a la Rectoría, demandando a las autoridades de la universidad abrir más espacios en la institución con el fin de ampliar la matrícula de primer ingreso y a las autoridades federales, de canalizar más recursos para la educación media superior y superior, así como el crear más instituciones públicas que impartan educación de calidad.

Estudiantes que no fueron admitidos en la UNAM marcharon de la Facultad de Filosofía y Letras a Rectoría Foto Luis Humberto González. La Jornada, 10 de abril de 2014.
 
“En el documento plantean que se garantice el derecho a los niveles medio superior y superior a todo estudiante que lo solicite; que se incremente la matrícula de universidades públicas del área metropolitana de la ciudad de México; que se construyan nuevas instituciones públicas de educación superior que ofrezcan una excelente formación en la docencia, investigación y difusión de la cultura y que se incremente el presupuesto a educación, entre otras demandas” (Emir Olivares Alonso, Periódico La Jornada, jueves 10 de abril de 2014).
 
Las autoridades de la UNAM, a través del rector, José Narro Robles, señaló que es lamentable que algunos grupos de universitarios no comprendan el esfuerzo que la institución ha hecho por aumentar la matrícula, que tan sólo de 1999 a la fecha, la población se incrementó en cerca de 68 mil estudiantes y de esa cifra, 50 mil corresponden a la licenciatura. De 269 mil estudiantes en 1999, se pasó a 337 mil estudiantes en 2014. Al mismo tiempo, descalificó a los grupos que según el rector, “pretenden obtener provecho de esta situación”.
 


 
La generosa vida
 
NOÉ AGUDO (12/abril/2014)
HORAS AHORCADAS
 
 
Al fin un respiro después de días intensos de ordeñar a la luna, pergeñar remembranzas, dictar anatemas contra los hipócritas y los acurrucados, barrer los restos de la olla podrida, abrir las ventanas para que el sol deshaga  los tlaconetes que habían proliferado entre las miasmas y la oscuridad, blandir la espada de la luz, armar una memorabilia y poner las piedras de lo que será la nueva casa.
 
Del homenaje a José Revueltas (emocionante, intenso, con un grupo de los mejores profesores del Colegio) apareció un poderoso surtidor de recuerdos: 1976 fue el año en que elegí el accidentado y paciente camino de los desafíos de la vida, y no la consumación instantánea y heroica como la anhelaba por aquellos días. Fue el año en que me llevaron dos veces a la cárcel: la primera por mi activismo estudiantil, la segunda por apoyar la lucha de los telefonistas, encabezada por el entonces joven líder Francisco Hernández Juárez, que se enfrentaba al viejo dirigente charro Salustio Salgado Guzmán (ironías de la vida, hoy ¿quién es el nuevo charro de ese gremio?); fue el año en que un grupo de jóvenes, casi adolescentes, mantuvimos secuestrados decenas de autobuses en los terrenos del plantel, codo a codo con unos choferes pobres, desharrapados y desamparados, a quienes no les reconocían su derecho de huelga; fue el año en que tenía una novia lejana, en Torreón, iba a verla y recorría las áridas planicies del norte pensando que algún día yo también las cruzaría como lo había hecho Pancho Villa en su caballo y sus trenes; fue el año (14 de abril) en que murió José Revueltas, y el mismo grupo de mozalbetes decidimos que había que hacerle un homenaje porque lo leíamos y admirábamos.
 
Yo, en lo particular, creía que ése era el verdadero escritor e intelectual: el de la conciencia crítica y lúcida luchando al lado de las mejores causas; fue el año en que decidimos ponerle su nombre a una sala en la que realizábamos asambleas, poníamos obras teatrales y librábamos batallas campales cuando las razones y argumentos se agotaban.
 
Revisando los viejos papeles de aquellos años descubro, además de recuerdos, cómo ha descendido la exigencia y la calidad de los aprendizajes y la enseñanza. ¿Leen hoy por puro gusto los estudiantes a algún autor? ¿Plasman sus preocupaciones en una revista, un diario o un cuaderno? Son contados los que realizan las lecturas obligatorias del curso, y los que creen leer “por gusto” no lo hacen así, sino inducidos por la publicidad: Harry Potter, Crepúsculo, Código da Vinci y demás banalidad de los Paulo Coelho, Dan Brown, Stephanie Mayer, Kazenbach, et al. Hoy mueren escritores y científicos, personas que con su obra los educan y forman, y ningún estudiante se conmueve; agrego además que tampoco ningún profesor; para ellos son como los muertos de Siria, de Ucrania o Venezuela, una entelequia lejana, alguien con quien no tienen ninguna relación.
 
Cuando anoto alguna tarea y dibujo un esquema para que sigan cierto procedimiento, en lugar de atender los alumnos siguen platicando; sólo al final se levantan, se acercan con su celular y toman una fotografía de lo anotado en el pizarrón; lo guardan y con eso creen haber “atendido” la clase. ¿Cuántas operaciones cognitivas se pierden en este proceso? ¿Cómo recordarán lo que deben realizar? Si yo escribo, anoto la tarea y copio el esquema, desde ese momento las palabras siembran la atención en mi cerebro: me dicen si es algo fácil, complejo, cuánto tiempo me llevará, qué libro o lecturas requeriré, si debo repasar ciertos apuntes, etc. 
 
Pero, si no, se necesita ser un tonto de capirote para no advertir cómo en ciertos casos la tecnología se vuelve en nuestra contra. Como en este caso. Cuando en la siguiente clase pregunto por la tarea nadie la hizo porque nadie la recordó. En ese click para copiar todo de un golpe instantáneo está la anulación instantánea de actividades fundamentales para el aprendizaje, como son la memoria, la atención y la planeación, y si esa tarea es un paso fundamental para adquirir nuevos conocimientos, lo que sigue entonces es la anulación total del individuo como estudiante. A menos que se invente algún dispositivo, algo así como un supositorio, y se lo conecten a cierta parte del cuerpo por donde les pueda entrar la información que han almacenado en su dispositivo, seguiremos requiriendo de procesos tan elementales y básicos como son la lectura y la escritura. 
 
El descenso en los procesos de aprendizaje y enseñanza ha sido brutal y esto se puede constatar de otra forma: si un profesor no rebajara los niveles de exigencia para evaluar a los alumnos tendría que reprobar a todo el grupo, excepto a uno o dos. Pongamos por caso una investigación documental, en la que deben consultar varias fuentes. Esto plantea la exigencia de leer, comprender para identificar dónde está la información que interesa, saber recoger esa información mediante un resumen, una cita textual o una paráfrasis, anotarla en fichas y luego emplearla para escribir un nuevo texto. Bien, pues hasta aquí llega la mayoría. Cuando tratan de integrar esa información en un nuevo texto, mediante su propia redacción, simplemente desisten y prefieren reprobar. Redactar, escribir, integrar, son habilidades que hoy se han perdido, algo imposible de realizar para la mayoría.
 
El profesor debe conformarse entonces con evaluar el descubrimiento que algunos alumnos tienen de su propia incapacidad, es decir, los que son conscientes de que no lo pueden hacer, y uno se consuela entonces pensando que en algún momento lo aprenderán, tal vez cuando estudien su carrera, cuando deban escribir su tesis; al menos son honestos, piensa uno, se quedan en las fichas y reconocen que esos textos, que tomaron de alguna parte, no les pertenecen ni los hacen aparecer como suyos. Porque la otra opción es peor: hacerse de la vista gorda y aceptar los textos que plagian de Internet y quieren hacerlos pasar como suyos.
 
Esto es un engaño mayor y la condescendencia hacia prácticas como ésta, hemos visto, traen consecuencias funestas: un director de Difusión Cultural de la UNAM fue cesado por plagiario, y otro doctor en letras obligado a abandonar sus clases por lo mismo. Que los alumnos sean incapaces de escribir un párrafo introductorio, de crear enunciados mínimos con qué unir la información de las fichas; que no puedan integrar datos de acuerdo a un esquema o estructura previa (el esqueleto de su trabajo de investigación) y hacer una conclusión después de cada parte, hace necesario devolverlos a la primaria, de donde no debieron haber pasado.
 
Y los directivos y profesores no están mejor. Si algo puso en evidencia la incompetencia intelectual de la pasada administración del CCH fueron sus publicaciones. Revistas dizque “arbitradas” (recurso que sólo sirve para engordar el currículum porque no mejora la calidad ni las hace más interesantes de leer), órganos informativos, informes de labores, libros, folletos e incluso documentos administrativos, con una pobreza de lenguaje y una falta de respeto por las normas gramaticales, que hacen preguntarse a uno si este pobre Colegio será siempre sinónimo de lo improvisado y mal hecho.
 
No es así, por fortuna. Logramos expulsar a unos incompetentes, simuladores y corruptos de los puestos de dirección, y hoy quienes se aprestan a dirigir la institución saben que no podrán actuar con absoluta impunidad, como lo están demostrando los profesores del plantel Sur. El Colegio ya no es el mismo. Numerosos profesores hemos decidido intervenir en las decisiones que afectan su vida, y nos proponemos participar en actividades que enriquezcan y devuelvan los parámetros de calidad y rigor a una escuela de enseñanza media superior perteneciente a la mejor universidad del mundo de habla hispana.
 
Estas son las reflexiones que me vienen cuando observo esas hojas amarillentas y releo un editorial impensable de que lo pudiera escribir un alumno, de que otro se atreviera a hacer una crítica a la novela Terra nostra de Carlos Fuentes, y dos o tres colaboraciones más escritas como elegía por la muerte de José Revueltas.
 
Todas son del año 1976, así que tener vida para volverlas a leer, platicar cómo fue que decidimos bautizar esa sala con el nombre de nuestro admirado escritor, comprobar la vigencia y vitalidad de su obra, retomar la continuidad de una elipse, que espero ascendente, y comprobar que seguimos siendo fieles a esa promesa que hicimos en la portada de esa vieja revistita estudiantil: “Seguiremos tu ejemplo, camarada Revueltas”, es un homenaje a la vida.   
 
Gracias a quienes hicieron posible este acto que tantos recuerdos y reflexiones suscitó: a mis colegas Guillermina Saavedra, Ramón Cortés, Raúl Muñoz, Roberto Zárate, José Alfredo Hernández; a las espléndidas diseñadoras de los carteles, Lizbeth Morales López y Marisol Gandarilla; a la solidaridad de Rosario Cabrera, Arturo Amaro, David Silva, Norma Martínez, Josefina Miranda y sus compañeras profesoras de inglés; a Olga Huitrón, que por fin se atrevió a estar con nosotros; a las bellas edecanes Jeny, Nancy, Stephanie y Brittany, que no las dejaron salir temprano para recibir a los invitados, pero llegaron al fin; a todos los profesores que no pude ver pero estuvieron allí, y gracias a todos mis alumnos y los que no, porque conocieron que hay una manera diferente de hacer las cosas.
 

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