La Palabra

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LA PALABRA
No.30, Agosto de 2013
Publicación periódica  de opinión. Responsables: Prof. Jesús Pacheco Martínez y Profa. Irma Clemencia Lara Martínez.
Correo: pamaranto_j@yahoo.com.mx
www.lapalabrareflexion.mex.tl

http://www.youtube.com/user/Lapalabrareflexion?feature=watch

 
La Palabra es una publicación plural, donde se pueden expresar diversas opiniones políticas e ideológicas, no es unidimensional, sino multidimensional.



 
 
La reforma energética
Jesús Pacheco Martínez

 
Es falso que PEMEX sea una empresa que esté quebrada y que por lo tanto se requiera de una reforma energética. Petróleos Mexicanos, ocupa el lugar 34 de todas las empresas a nivel mundial y la número 13, a nivel continental. Andrés Manuel López Obrador, presentó un documento de la paraestatal, que es un informe a las empresas extranjeras, donde se señala que PEMEX obtiene 100 mil millones de dólares anuales, esto es, la renta petrolera, que se pretende entregar al capital transnacional y alguna que otra empresa privada del país, a través de lo que se ha llamado “contratos de utilidad compartida”, en la iniciativa que Enrique Peña Nieto ha enviado al Congreso, para que se proceda a modificar los artículos 27 y 28 de la Constitución.

Esta reforma energética, no tan sólo afectará el petróleo y demás hidrocarburos, sino también a la electricidad, que son el patrimonio de la nación, forman parte del bien común y sería traición a los intereses de la nación, vender estos recursos al mejor postor, como se hizo en el pasado reciente con los ferrocarriles.

La reforma energética traerá consecuencias negativas para el país, pese a lo que se difunde oficialmente por el gobierno federal, de que “el petróleo continuará como patrimonio exclusivo de la nación” y que “los mexicanos son los únicos dueños de la renta petrolera”, para concluir con la mentira de que, “Pemex y la CFE de ninguna manera se venden ni se privatizan”.

Andrés Manuel López Obrador y MORENA (Movimiento de Regeneración Nacional) están invitando a la población a que se manifieste el domingo 8 de septiembre en El Zócalo de la Ciudad de México, en contra de la reforma energética de Peña Nieto y del Pacto por México. Este acto será a las 10 horas, según se ha informado.

En el artículo de Bernardo Bátiz, publicado en La Jornada el 12 de agosto de 2013, se dice que los artículos que se propone modificar la iniciativa de Peña Nieto, son aquellos “que estorban al neoliberalismo, al TLCAN, a los grandes negocios, al tráfico de influencias, cuya supresión o alteración permitiría que la separación en la sociedad entre potentados y ciudadanos comunes, siempre pobres o en trance de empobrecer se ahonde”.

Dichos artículos constitucionales son los siguientes: el 25, que reconoce y consagra tres sectores de la economía: el sector público, el social y el privado. Para los reformadores deformadores, ignorantes de historia y de principios de derecho, sólo un sector debe prevalecer y merece ser protegido, el sector privado”.

El artículo 25 dispone también, y no les gusta, que el Estado mexicano, esto es el sector público, tendrá a su cargo de manera exclusiva las áreas estratégicas de la economía enumeradas en el artículo 28 párrafo cuarto de la Constitución, manteniendo el gobierno federal la propiedad, y el control sobre los organismos que en su caso se establezcan. La propiedad se refiere, por supuesto, a los bienes que integran las citadas áreas estratégicas: petróleo, gas, otros hidrocarburos, energía eléctrica, energía atómica y otras. Para sus fines, puede ser que estén pensando en suprimir el reconocimiento de las tres áreas de la economía y desaparecer el control y la propiedad que sobre los bienes del subsuelo tiene el Estado”.

Otro precepto de nuestra ley suprema que les estorba es el ar­tículo 27, que establece que la propiedad de las tierras y aguas comprendidas dentro de los límites del territorio nacional corresponde originariamente a la nación, la cual ha tenido y tiene el derecho de transmitir el dominio de ellas a los particulares, constituyendo la propiedad privada. A los neoliberales les causa escozor y les enferma el solo pensar que la propiedad privada de tierras y aguas se derive de una transmisión, siempre revocable del Estado.

“En efecto, en un párrafo adelante, la Constitución establece que la nación tendrá en todo tiempo el derecho de imponer a la propiedad privada las modalidades que dicte el interés público, así como el de regular en beneficio social el aprovechamiento de los elementos naturales susceptibles de apropiación, con objeto de hacer una distribución equitativa de la riqueza pública, cuidar de su conservación, lograr el desarrollo equilibrado del país y el mejoramiento de las condiciones de vida de la población rural y urbana”.

Finalmente les estorba el artículo 28, que en su párrafo cuatro enumera las áreas estratégicas de la economía, entre ellas el petróleo, los demás hidrocarburos, petroquímica básica, minerales radiactivos, energía nuclear y electricidad; todo lo que ambicionan”.

Por ello, es necesario manifestar nuestra oposición a la privatización de PEMEX y a las reformas de la Constitución, que sigue siendo el marco legal de que los recursos naturales son propiedad de la nación y de nadie más.


 
 
 
Mensaje de AMLO, 12 de agosto del 2013
Sobre Pemex

 
http://youtu.be/mu584-9qL48
 
 
 
 
VENDRÁ LA MUERTE Y TENDRÁ TUS OJOS
Cesare Pavese, Italia, 1951
 
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
esta muerte que nos acompaña
desde el alba a la noche, insomne,
sorda, como un viejo remordimiento
o un absurdo defecto. Tus ojos
serán una palabra inútil,
un grito callado, un silencio.
Así los ves cada mañana
cuando sola te inclinas
ante el espejo. Oh, amada esperanza,
aquel día sabremos, también,
que eres la vida y eres la nada.
 
Para todos tiene la muerte una mirada.
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos.
Será como dejar un vicio,
como ver en el espejo
asomar un rostro muerto,
como escuchar un labio ya cerrado.
Mudos, descenderemos al abismo.
 
Este poema ha sido musicalizado e interpretado por Paco Ibáñez
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos, de Cesare Pavese
http://www.youtube.com/watch?v=bvwpzHHzgGc&feature=share&list=PLD8D6A325B61FC3AF






Imposturas
Joel Ortega Juárez
 
 
Tanto José Antonio Álvarez Lima (ex gobernador de Tlaxcala por el PRI) como Juan Ignacio Zavala (panista de cuna) han escrito en MILENIO Diario los beneficios que tendría que la derecha actuara y defendiera abiertamente sus ideas, postulados y propuestas.
Otro tanto valdría que las izquierdas hicieran lo propio y rebasaran el credo de la Revolución mexicana.

Lo que sería mejor aún es que el PRI asumiera abiertamente su condición de partido conservador y quitara todas sus máscaras.

Todas estas imposturas políticas, ideológicas y culturales y sus secuelas en el modelo económico-social han sido la base que sustenta el dominio o hegemonía tan insólita con la que han gobernado, a lo largo de tantas décadas, los priistas y hasta en cierta medida los dos sexenios panistas y, por supuesto, los gobiernos estatales perredistas.

No extraña la cínica actitud que mantienen ante el tema de la pobreza.

Las cifras agregadas y desagregadas que dio el Coneval la semana pasada son estrujantes. Lo más significativo es que, ante el fenómeno, casi toda la clase política y los pobretólogos realizan actos de contrición, como si la pobreza fuese un maleficio gestado por las fuerzas diabólicas o por una especie de condena natural.

Todos los programas habidos y por haber (los del salinismo, los del gobierno de Zedillo y los de Fox y Calderón, sin excluir la actual Cruzada contra el Hambre) tienen en común, sin desconocer sus matices, el considerar a la pobreza como un asunto ajeno a su contraparte: la riqueza extrema.

Lo real es que la dimensión y profundidad de la pobreza está directamente vinculada a una capa social que se beneficia de su existencia.

En el caso mexicano la pobreza se ha convertido en una inmensa veta de control corporativo o clientelar donde se practica una simulación obscena.

Existen toda una red de organizaciones de campesinos, beneficiarios de los programas sociales, y otras de los diversos grupos de pobres del campo y ahora también de las ciudades, que desarrollan una política de masas que consiste en movilizarse para presionar.

En la vida real, esos dirigentes o gestores son subsidiados por los funcionarios de las estructuras de gobierno, sobre todo a nivel federal, al extremo que les pagan el traslado en autobuses y les otorgan campamentos y, durante los días, semanas o meses que dura el plantón, les otorgan alimentos para sus bases.

Esta simulación daña de múltiples maneras a la gente y desvía cualquier posibilidad de construir organizaciones genuinas, hay que decir que esta práctica tiene muchas décadas y se mantuvo exactamente igual durante los gobiernos panistas de Fox y Calderón, incluso muchos de los funcionarios de esos sexenios eran los mismos de los gobiernos priistas y hoy continúan en el gobierno de Peña Nieto, sobre todo los salinistas que están en Sedesol y en La Cruzada contra el Hambre, empezando por la propia Rosario Robles. Sin omitir a muchos izquierdistas de inspiración maoísta, muchos vinculados a Raúl Salinas.

Sin desconocer los riesgos de caer en posturas doctrinarias, ante la pobreza se deben crear empleos suficientes con salarios dignos; ningún gobierno lo va a hacer, es tarea de los pobres mismos luchar por ello…
 
Milenio, sábado 10 de agosto de 2013.
 

 
Las verdaderas razones de la privatización del petróleo
Claudia Sheinbaum
 
Modificar la Constitución con el fin de que empresas privadas nacionales y extranjeras inviertan en la cadena productiva del petróleo es, en los hechos, privatizarlo. De acuerdo con las declaraciones de connotados priístas, la propuesta que enviará Peña Nieto al Congreso de la Unión mantendrá los hidrocarburos en manos de la nación y no privatizará Pemex, pero permitirá que los privados compitan con Pemex en la exploración, explotación, transporte y transformación de petróleo. Así que aun cuando el petróleo y el gas natural contenidos en el subsuelo del territorio nacional declarativamente le pertenezcan a la nación, el permitir que la ganancia derivada de la cadena productiva de este bien público sea apropiada por privados es de facto privatizar el recurso.

Los argumentos para la modificación constitucional con objeto de privatizar el petróleo no son nuevos: México produce cada vez menos petróleo, Pemex no tiene dinero, Pemex requiere de nuevas tecnologías para explotar nuevos yacimientos que no tiene. Veamos cada uno de ellos.

En cuanto al primer argumento la pregunta más obvia es: ¿necesita México producir más petróleo? La respuesta es no. Veamos por qué: a) El petróleo es un recurso no renovable. Por ese solo hecho, la explotación de este recurso debería hacerse de forma racional y limitada. b) El petróleo es una fuente de energía fósil que produce gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático global. Por este motivo a escala internacional el debate central es cómo disminuir el consumo de estos combustibles y no cómo aumentarlo. c) México no requiere más petróleo para su consumo nacional. Actualmente México produce cerca de 2.5 millones de barriles diarios de petróleo, 900 mil barriles menos que en 2004, el año de mayor producción histórica de petróleo en México. Pero hoy por hoy, México necesita, para cubrir la demanda nacional de petrolíferos (producidos nacionalmente e importados), entre 1.9 y 2.0 millones de barriles diarios de crudo (considerando incluso pérdidas). Es decir, producimos 2.5 millones de barriles diarios y necesitamos 2 millones para el consumo nacional. Hacia el futuro, si contenemos el crecimiento de la demanda de petrolíferos a través de una verdadera estrategia de eficiencia energética y uso de otras fuentes de energía (como lo propone la propia Estrategia Nacional de Cambio Climático), la producción de petróleo podría inclusive disminuir. d) A pesar de que México exporta menos crudo recibe más dinero. En 2004 se exportaron casi 1.9 millones de barriles diarios, frente a 1.1 de 2013. En particular, la exportación de crudo a Estados Unidos pasó de 1.5 millones de barriles diarios a 950 mil barriles diarios. Sin embargo, a pesar de esta disminución, por concepto de exportación de crudo México recibió 21 mil 258 millones de dólares en 2004 y 46 mil 788 millones de dólares en 2012, ¡más del doble y récord en su historia!, debido al incremento internacional del precio del barril de petróleo. ¿Entonces, para qué necesitamos producir más? La respuesta resulta obvia frente a estos datos. No es una necesidad nacional, es una necesidad de Estados Unidos.

El segundo argumento es que Pemex no tiene recursos. Veamos los datos. Además de los 46 mil millones por exportaciones, Pemex recibió por ventas internas de petrolíferos cerca de 60 mil millones de dólares. Si descontamos 30 mil millones de dólares que eroga por importaciones, el ingreso neto en 2012 es de cerca de 80 mil millones de dólares. Por supuesto, parte de este recurso se va a los gastos de operación y mantenimiento y alrededor de 52 por ciento en impuestos y derechos. Sin embargo, para 2013 Pemex recibió un presupuesto de cerca de 39 mil millones de dólares, de los cuales alrededor de 70 por ciento tiene programado para inversión (como 30 mil millones de dólares). En comparación y de acuerdo con la información en Internet de la petrolera Shell, ésta tiene programados para este mismo año cerca de 49 mil millones de dólares de inversión en todo el mundo. Considerando las necesidades nacionales, el monto de Pemex es sumamente considerable. Por supuesto podría ser más, si las grandes empresas privadas nacionales pagaran impuestos, y podría usarse más eficientemente si disminuyera la corrupción. En realidad, el dinero de las empresas petroleras multinacionales proviene de una sola fuente y es la misma de Pemex: las ventas de crudo y de petrolíferos.

Finalmente el argumento de que Pemex no tiene tecnología no sólo es patético sino es una falta de respeto a instituciones públicas como la UNAM, el IPN y el IMP, que por años han formado algunos de los mejores ingenieros civiles, petroleros y químicos del mundo. Por si fuera poco, el desarrollo, transferencia y compra de tecnología se ha hecho en Pemex por décadas.

Las razones de fondo de la privatización del petróleo podrían ubicarse más bien de la siguiente manera: a) un dogmatismo religioso de la clase gobernante hacia el neoliberalismo. Aun cuando el modelo ha demostrado su fracaso, los hijos pródigos mexicanos de la escuela de Chicago no pueden reconocerlo; b) la presión del gobierno de Estados Unidos (copado por las trasnacionales petroleras) para recibir más petróleo de México y la ideología de los gobernantes mexicanos de que mientras más cercanos estemos a Estados Unidos, mejor; y c) la avaricia y corrupción de la clase política mexicana, aliada con la gran oligarquía, para quedarse con parte del negocio.

Por ello, la defensa del artículo 27 constitucional es hoy por hoy la defensa de la soberanía nacional y la oportunidad de un proyecto nacional diferente. En 2008 las llamadas Adelitas en defensa del petróleo gritaban una consigna: “No, no me da la gana ser una colonia norteamericana. Sí, sí me da la gana ser una nación libre y soberana”.
 
La Jornada, viernes 9 de Agosto de 2013.
 
 

 

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