La Palabra

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LA PALABRA
 
No.74, septiembre  de 2014

Publicación periódica  de opinión. Responsables: Prof. Jesús Pacheco Martínez y Profra. Irma Clemencia Lara Martínez.

 
www.lapalabrareflexion.mex.tl

http://www.youtube.com/user/Lapalabrareflexion?feature=watch

 
Politécnicos en movimiento
Prof. Jesús Pacheco Martínez
 
Estudiantes del Instituto Politécnico Nacional han iniciado una protesta que incluye suspensión de actividades académicas en algunas escuelas y manifestaciones y bloqueo de calles por distintas arterias de la Ciudad de México.
 
Las autoridades del IPN, descalifican las protestas, considerando que los estudiantes no están bien informados de las bondades de las reformas que se pretenden establecer. Es obvio que estas reformas, no han  pasado por la consulta a los estudiantes y a los académicos, de forma ampliamente democrática. El reglamento, por ejemplo, se acaba de subir a la página web.
 
 La Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura. Está en paro de labores desde el día 17 de septiembre y en sendas asambleas hoy se discute por los politécnicos los pasos a seguir en este movimiento que se inicia.

En lugar de reconocer que las protestas tienen su razón de ser, las autoridades de esta Casa de Estudios, recurren a los tradicionales argumentos  que se le han dado a las comunidades de la UNAM, del magisterio, de la UACM. En un comunicado oficial se dice  que la calidad del IPN, “se mejora a través de la evaluación e innovación continua de los programas educativos, de investigación, de integración social y de difusión de la cultura que lleva a cabo. Ello conlleva, mejorar la organización y el funcionamiento, con la consecuente actualización de los reglamentos y normas que rigen la vida institucional”.

“Respecto a los programas académicos de educación media superior y superior, estos cuentan con las acreditaciones que aseguran su calidad y pertinencia para responder a los requerimientos socio-productivos del país. Se mantienen así, los títulos de las licenciaturas en las áreas médico-biológicas, de ingeniería y físico matemáticas y económico administrativas”.
 
“El Reglamento Interno de esta casa de estudios aprobado por el Consejo General Consultivo el pasado miércoles 24 de septiembre de 2014, entrará en vigor hasta su publicación en la Gaceta Politécnica” (IPN, Coordinación de Comunicación Social, 25 de septiembre de 2014, comunicado http://www.comunicacionsocial.ipn.mx/Documents/C-245.pdf)
 
Por ello los politécnicos dicen: No queremos posposición, sino derogación (http://www.jornada.unam.mx/2014/09/27/sociedad/032n1soc)
 
 
Como vemos, “innovación continua”, “actualización de reglamentos”, “actualización de planes y programas de estudios”, la “pertinencia para responder a los requerimientos socio-productivos del país”, “evaluación de excelencia” o de “calidad”, etcétera, lo hemos escuchado en los últimos años en este país y en otros: Chile, España, Grecia, Francia, Alemania, Estados Unidos, generando por consecuencia, movimientos sociales particularmente de estudiantes, los cuales se dan cuenta que dichas reformas son para adecuar la educación a los requerimientos  del capitalismo e ir eliminando la gratuidad de la enseñanza, colocar a la educación como una mercancía más del sistema y al mismo tiempo privatizarla, y que el Estado no asuma su responsabilidad constitucional de subsidiar a la educación y abrir las matrículas acorde a las necesidades sociales de la población y del país. Se lucha en última instancia, por una educación al servicio de la sociedad y no exclusivamente a los requerimientos de la economía de mercado.
 
Los estudiantes politécnicos han planteado en asambleas, que su movimiento se mantiene hasta una solución definitiva a las demandas de cancelar la reforma al Reglamento Interno, así como la aplicación de los nuevos planes de estudios. En otras palabras, dialogar para construir acuerdos comunitariamente.
 
Estudiantes contra el autoritarismo
 
Joel Ortega Juárez
 
Una vez más reaparece el movimiento estudiantil ahora en el Instituto Politécnico Nacional. Otra vez las autoridades, algunos “analistas” y el resto de la “santa alianza” defensora del inmovilismo se desgarran las vestiduras en su contra.
 
Los eternos agoreros de la “apatía” dominante en los jóvenes vuelven a quedar en ridículo: decenas de miles de estudiantes toman las calles, realizan asambleas y recurren a la huelga para combatir reformas a planes de estudio y nuevo reglamento interno del IPN, elaborados y aprobados a espaldas de los estudiantes y también de los profesores.
 
El movimiento se inició en la ESIA. En su pliego petitorio está:

A) Voto libre, secreto y directo de toda la comunidad de la ESIA-UZ al momento de elegir representantes de consejo, director y subdirectores. B) Amplia difusión de la información del proceso de selección de consejo, director y subdirectores así como tiempo suficiente para conocer las propuestas de los candidatos.
 
Son las típicas demandas que exigen métodos democráticos en las escuelas para elegir a sus representantes y a las autoridades. Nada del otro mundo. Mucho menos el producto de “fuerzas externas”, como repite la directora general del IPN. Es la antigua estigmatización autoritaria. Esta torpeza ya la cometieron contra el movimiento #YoSoy132. No aprenden. También vuelven a esgrimirse los vetustos “argumentos” usados desde décadas atrás, en el sentido de que sus demandas son intrascendentes y absurdas. Baste recordar que el movimiento del mayo francés de 1968 se inició por la demanda de dormitorios mixtos en Nantes y luego se convirtió en la mayor impugnación social al capitalismo francés de la segunda mitad del siglo XX. Además de su condición pionera en la rebelión estudiantil planetaria del 68.
 
Todos (casi) los movimientos estudiantiles de la historia y de todas partes comienzan por un “incidente  menor”; van formulando sus demandas durante el mismo movimiento; se inician por minorías activas que pronto se vuelven masivas; son apartidistas; son espontáneos; son antiautoritarias y celosamente autónomos. Reflejan un estado de ánimo de descontento social y político contra las “instituciones” autoritarias e incluso “democráticas” en decadencia.
 
La directora del IPN no debiese extrañarse de la súbita aparición del movimiento y su inmediata conversión masiva. No tiene por qué buscarle tres pies al gato, inventando “conjuras” “exóticas”, al estilo de Díaz Ordaz. Probablemente en el discurso de algunos participantes del movimiento existan posiciones un tanto anacrónicas y de un cierto nacionalismo aldeano. Puede ser que mezclen genuinas preocupaciones con estridentes y paranoicas posturas. Eso y mucho más “errores” podrán señalarse en éste movimiento, igual que las hubo en el 68 mexicano y en otros que algunos pretenden contraponer al actual.
 
Lo que hoy debe cuestionarse es la existencia de unas estructuras autoritarias como las de la UNAM, el IPN y las de todas las universidades públicas. Es tiempo de iniciar un gran proceso de reforma universitaria con la participación de los estudiantes, los profesores, investigadores y trabajadores a nivel nacional. Llegó la hora.
Milenio, sábado 27 de septiembre de 2014.  joeloj7168@yahoo.com.mx
 


Los divulgadores…1

Noé Agudo
 
¿Qué habría estudiado de no haber sido periodismo y comunicación, y ser un amante fiel de la literatura? El condiscípulo y amigo que eligió mi carrera en el CCH seguramente nunca advirtió que yo era un enamorado secreto de la ciencia, y que esa pasión inició cuando descubrí una bonita y muy bien planeada revista que se llamaba Mire los MUNDOS de ayer, hoy y mañana.
 
Profusamente ilustrada, su logotipo era una escultura conocida como “El hombrecito de Tlatilco”; sus temas eran inteligentes, eficaces para despertar la curiosidad de los niños e irlos encauzando hacia la actividad científica; la empecé a coleccionar y me entretenía haciendo los experimentos que proponía en sus páginas finales. 
 
Las vicisitudes de la vida me llevaron por otros senderos y en el bachillerato, compañeros y profesores pensaban que eran las letras, el periodismo, la ciencia política o la abogacía, mi terreno natural. Así que cuando dejé a un amigo la responsabilidad de elegir y me fui de vacaciones, él pensó que sería el periodismo mi profesión y acertó: el periodismo me ha permitido viajar, conocer personas interesantes, como los escritores que leía y admiraba en el bachillerato: Fuentes, Rulfo, Benedetti, Cortázar, Vargas Llosa y Paz, a quienes incluso pude entrevistar, y me ha relacionado con actividades que nunca pensé realizar, como la de profesor.
 
Pero como periodista también descubrí que mi enamoramiento por la ciencia persistía. Tuve la fortuna de dirigir la Revista de Geografía Universal durante algunos años y realmente disfrutaba planear su contenido, buscar a los colaboradores que mejor lo desarrollaran, revisar y corregir los textos, elegir las fotografías, ver su diseño y diagramación, enviar la revista a los  talleres, recibirla ya impresa y proponerme siempre que el siguiente número fuera mejor. Ha sido la única revista mexicana con ediciones en Argentina, Venezuela y España (Hoy Letras Libres tiene su edición española). La empresa que la hacía (3ª Editores) tenía una biblioteca bien nutrida de libros y revistas de divulgación científica y era un placer permanecer ahí. 
 
Así fue como conocí a un puñado de excelentes textos y autores especializados en la divulgación de la ciencia. Por ejemplo, y aunque a estas alturas del nuevo milenio pudiera parecer anticuado, no dejo de recomendar El ascenso del hombre de Jacob Bronowski (Fondo Educativo Interamericano) a quien desee tener un panorama completo del desarrollo de la ciencia. Astronomía, física, química, biología, matemáticas, etología y demás disciplinas que estudian la naturaleza son revisadas en este ameno libro –que primero fue una serie de televisión para la BBC- como un verdadero ascenso del hombre, pues el fin último de la ciencia es comprender mejor la naturaleza humana.
 
Para abordar cuestiones como la pretendida “objetividad” y “racionalidad” de la ciencia, me sigue pareciendo fundamental De Arquímedes a Einstein (Alianza Editorial), libro del filósofo francés Pierre Thuillier, quien también fue director hasta cuatro años antes de su muerte (1998) de La Recherche, una magnífica revista de divulgación científica.
 
Con Thuillier descubrí una característica de los buenos divulgadores de la ciencia: su notable erudición. Este libro inicia con la célebre leyenda de que Arquímedes incendió las galeras romanas mediante espejos ardientes durante el asedio de Siracusa.
 
Un libro que plantea un panorama de la evolución científica a través de sus hallazgos es Los descubridores (Editorial Crítica), del profesor, historiador y abogado estadunidense Daniel J. Boorstin (1914-2004). Un deleite conocer cómo los grandes descubridores tuvieron que enfrentar a la superstición y al dogma para ampliar el conocimiento del universo, de la geografía, de la naturaleza y sus criaturas, de la sociedad y aun del cuerpo y la mente humanos.
 
Para conocer y mejor comprender a la infinita variedad de seres vivos nada mejor que los libros de David Attenborough; todos los que se preocupan por ellos deberían empezar por leer La vida en la tierra (Fondo Educativo Interamericano), una historia de la naturaleza a través de la vida de animales y plantas durante 3500 millones de años. A mí me conmueve leer La vida a prueba (RBA Editores), pues muestra que la vida de los animales no es sino una apasionante lucha por sobrevivir y perpetuar su especie desde el nacimiento hasta la muerte. Al igual que Bronowski y Cousteau, Attenborough es también un pionero en el uso de la televisión para la divulgación científica.
 
Condimentado con las ilustraciones reunidas por un antiguo libro para describir los animales que los navegantes europeos del siglo XVI encontraron e imaginaron en sus viajes (Gesners Allgemeines Tierbuch, de 1669), el historiador alemán Herbert Wendt presenta en El descubrimiento de los animales.
 
De la leyenda del unicornio hasta la etología (Editorial Planeta) una fascinante historia de la zoología, la ciencia que reveló a la humanidad la riqueza de vida en el planeta. No dejo de lamentar la pérdida de La vida amorosa del mundo animal, un libro de Wendt que extravié y nunca he podido recuperar.
 
Una introducción que funciona como la perfecta red de conocimientos que atrapa al lector y lo deja interesado por siempre en el universo de los microorganismos unicelulares es Las bacterias (Biblioteca Joven del FCE), de Jean-Claude Burdin y Emile de Lavergne.
 
Sorprendente descubrir cómo muchas de las acciones que consideramos propias y resultado de nuestro libre albedrío son en realidad dictadas por esos organismos invisibles pero poderosos, sin los cuales la vida sobre la tierra no sería posible. Ahora que el catálogo del microbioma humano ha sido completado, nada más oportuno que este librito para su comprensión.
 
Cuando la aridez de las matemáticas espanta a personas poco dadas a procesos de abstracción y racionalización, recomiendo sin dudarlo que lean El hombre que calculaba (Noriega Editores) de Malba Tahan, ya que es un librito que enseña las matemáticas de forma divertida y une lo deleitable con lo útil. Muchos problemas que plantea y resuelve parecen cosa de magia, pero en realidad son resultado de una deducción lógica y éste es el paso que se nos dificulta dar.
 
Es evidente que Malba Tahan es un seudónimo, pero su conocimiento del mundo árabe es profundo a la vez que amplio, como lo demuestran las aventuras de Beremiz Samir, el “hombre que calculaba” y los excelentes apéndices con que cierra el libro: Calculadores famosos, Los árabes y las matemáticas, Algunos pensamientos elogiosos sobre la Matemática, Consideraciones sobre los problemas planteados, Lexicón, Voces árabes, Interjecciones árabes y una relación completa de naciones, ciudades, accidentes geográficos, nombres de autores, personajes históricos y matemáticos mencionados, así como una breve información de los mismos.
 
Otro libro que muestra el poder y la belleza de las matemáticas es Cinco ecuaciones que cambiaron el mundo (Debate) de Michael Guillen, editor científico de la cadena ABC, quien con un lenguaje sencillo revela el mundo secreto de las matemáticas, las personas y descubrimientos que aportaron conocimientos fundamentales para la ciencia. Un libro que además de mostrar la precisión de esta disciplina devela los celos, fama, guerra, dramas, ambiciones personales y tragedias familiares de los autores de las cinco ecuaciones.
 
El espacio se agota. Aún hace falta mencionar las revistas de divulgación científica, los divulgadores mexicanos, qué cualidades se requieren para realizar esta tarea, la relación arte-ciencia, etc., así que dejaremos dichos temas para la siguiente entrega.   
 
 
La Revolución

Prof. Rufino Perdomo Gallardo
 
Todas las revoluciones son sociales. Que las llamemos científico-técnicas, materiales o espirituales, sólo obedece a motivos clasificatorios que facilitan el quehacer científico. Tanto más y en cuanto que las manifestaciones revolucionarias, llevan el sello de la acción humana como acto creador.
 
Las revoluciones son un torbellino en la esperanza de los pueblos. Modelan su existencia a la vista de los hechos y en la profundidad de sus resultados; a tal grado que ya no pueden ser los mismos. Las revoluciones nacen, crecen y maduran; reproducen y mantienen el germen de la vigencia histórica, porque son hechos que universalizan las aspiraciones, deseos, necesidades, carencias, anhelos, exigencias; modos de ser, de vivir, de amar, de luchar, de sentir y de crear de los pueblos.
 
Los intereses de clase pueden declarar la muerte de una revolución. Si ejercen el poder, atrincheran su andamiaje ideológico y a menudo silencian las virtudes del proceso revolucionario y lo archivan en el estantero del pasado, lo viejo, lo inviable. No en el campo de la utopía, sino en el campo de lo inservible.
 
¿Cómo imaginarnos que pierda vigencia el uso del fuego por el hombre? ¿La comunicación humana por medio de la palabra articulada y la escrita? ¿El encadenamiento de la producción de herramientas? ¿La teoría de la relatividad? ¿Y otros hechos histórico-científicos que asombran a la humanidad?
 
¿Qué trastocan el pensamiento, las ideas y transforman la vida cotidiana?
 
En el espacio en que ubicamos propiamente a la ciencia social, el Materialismo Histórico, caben la Revolución Francesa, la Bolchevique en Rusia, la China, la Vietnamita y la Cubana. Las revoluciones son explosiones de procesos que paren principios y proclamas, alimentan nuevas mentalidades    y mantienen en preñez permanente a la progenitora.
 
¡Libertad, fraternidad e igualdad! ¡Proletarios del mundo uníos! ¡Tierra y libertad! ¡Patria o muerte! No son ocurrencias de un hombre aislado. Provienen de lo más profundo del reino de la utopía; en un complejo juego de paradojas, exaltan la convicción social e histórica del tránsito del mundo de la necesidad al de la libertad, la igualdad y la justicia. Es decir, al mundo de lo posible.
 
Como ideal humano, expresan –a menudo plagado de angustias y sufrimientos- el propósito del hombre por elevarse a la categoría concreta, real, palpable de un modo de vida comunitaria, consciente, humanizada.
 
Video, entrevista a Rufino Perdomo Gallardo
http://www.youtube.com/watch?v=YJpSNbINPBE&feature=youtu.be
 

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